La esquila: el ritual de los oficios perdidos

Agronews Castilla y León

20 de abril de 2022

lana de oveja

Como cada año, la asociación Trashumancia y Naturaleza ha procedido a la esquila de su rebaño de 1100 ovejas merinas en su majada de la Sierra de Guadarrama en Madrid. Es una cita esperada y no es para menos: la esquila marca, como si de un ritual se tratara, el inicio de una nueva temporada de trashumancia. No solo sella el inicio de la primavera, sino que apuntala los pasos previos que hay que dar para preparar al rebaño de cara a la trashumancia de verano.

La asociación ha celebrado esta jornada acompañada de amigos y colaboradores que se han acercado para ayudar con las ovejas y cabras del rebaño Concejo de la Mesta, conocido por ser uno de los protagonistas de la Fiesta de la Trashumancia de Madrid.

“La esquila requiere la colaboración de muchas personas de apoyo: además de los esquiladores es fundamental recoger los vellones, llenar las sacas haciendo una primera clasificación, barrer y retirar suciedad para que la lana se manche lo menos posible y, por supuesto, pisar los vellones para comprimirlos y luego trasladar las sacas hasta el sitio donde las recogerá el transportista”, explica Concha Salguero, coordinadora de proyectos internacionales de Trashumancia y Naturaleza. Salguero reconoce que a pesar de que es una jornada “dura” es muy gratificante, precisamente, “por el espíritu de colaboración, buena voluntad y objetivo común que se comparte”. “El ambiente amistoso y el buen humor hacen que uno vuelva a casa rendido pero contento y feliz de ser testigo de una jornada tan única y singular”, asegura.

La asociación ha querido aprovechar esta fecha señalada para visibilizar la importancia de los oficios que giran en torno a la lana y reivindicar su importancia como motores de desarrollo rural. La esquila, el sorteo (clasificación por calidad), el lavado, el cardado, el hilado de la lana y, por supuesto, el pastoreo, son actividades fundamentales para la pervivencia de los sistemas pastoriles y para mantener viva la tradición lanera del país y darle un futuro.

Esquilador: un oficio que intenta resurgir

Unos dos minutos por oveja. Eso suelen tardar los esquiladores profesionales en esquilar a máquina.

Lejos queda la esquila tradicional a tijera. Aunque ésta en sí sea un arte a preservar, hoy en día se utilizan máquinas específicas similares a una cortadora de pelo, con las que reduce la posibilidad de cortes y se consigue extraer el vellón de una sola pieza.

“Las cuadrillas están muy bien organizadas y trabajan metódicamente con calma y concentración, hablando entre ellos lo imprescindible”, explica Concha Salguero.

La asociación cuenta desde hace varias campañas con la empresa Esquiladores de León para esquilar su rebaño. Esta empresa, creada en 2009 por dos ganaderos de León, cuenta actualmente con varios trabajadores en plantilla y contrata a cuadrillas argentinas y uruguayas: llegan a esquilar hasta un millón de ovejas por campaña.

La falta de relevo generacional en España hace imprescindible la búsqueda de mano de obra exterior, que en muchas ocasiones proviene de países que mantienen la tradición como Argentina o Uruguay. Pero no es sólo el relevo generacional lo que provoca la falta de mano de obra. En ocasiones también lo es el ser un oficio denostado, situación que desde la Escuela de Pastores de Extremadura y la Agrupación de Esquiladores Españoles están intentando revertir mejorando la formación, la defensa de la profesión ante diversas instituciones, y la obtención de precio digno por esquilar.

En este sentido, Trashumancia y Naturaleza considera fundamental proponer un programa de formación de esquiladores y esquiladoras a nivel estatal, aprovechando fondos como los Next Generation. “España es un país muy necesitado de esquiladores y, al mismo tiempo, uno de los países de la UE que más fondos recibe para formación”, comenta Salguero. “Resulta sorprendente que estos fondos no se hayan utilizado para establecer un programa para formar a jóvenes. Con todo ese saber que perdura y todo el que crean los esquiladores de otros países podríamos formar a jóvenes expertos en una profesión con demanda y con futuro”, asevera.

Viajar hasta Portugal para lavar la lana

Una vez guardada en sacas, la lana se debe lavar para eliminar las impurezas y su propia grasa natural. Tras el sorteo, el lavado es el primer eslabón de la llamada “cadena lanera”, los pasos necesarios para producir el tan preciado ovillo de lana.

Aquí comienza otro viaje para Trashumancia y Naturaleza: la pérdida de lavaderos de lana en España ha sido casi total. “Hasta hace unos años la enviábamos a lavar a Béjar (Salamanca) pero, tras el cierre del lavadero la hemos tenido que mandar a Tabares (Portugal)”, explica Salguero. ”Aunque, en ambos casos, siempre teníamos el problema de la espera y el coste para pequeñas cantidades como la nuestra”.

Sin embargo, afortunadamente, empiezan a surgir iniciativas con una visión actual y adaptada a necesidades de pequeños productores y emprendedoras, y este es el caso del lavadero de Wooldreamers en Mota del Cuervo. “Este año llevamos nuestra lana a lavar a Mota del Cuervo. Además de facilitarnos mucho las cosas, es un proyecto con el que compartimos valores y que nos entusiasma. Es lo que hacía falta para empezar a dar trazabilidad y valor a la lana y las iniciativas locales”.

El proyecto Wooldreamers fue creado por Ramón, hijo de familia lanera, que ha apostado por la lana como material alternativo para apoyar la economía rural y el medio ambiente, usando la lana para sustituir materiales plásticos. Wooldreamers cuenta además con una tienda propia online.

La lana que se obtiene del rebaño de merinas Concejo de la Mesta ha sido utilizada hasta ahora por Dehesa Lana y Extremerinas, dos proyectos extremeños que apuestan por la revalorización de la lana local como materia prima para confeccionar sus prendas.

Este año también servirá para comenzar un proyecto de venta de patucos de bebé que involucra a La Iaia, Hilaria Fina, Dehesa Lana y Trashumancia y Naturaleza.

Estas organizaciones, preocupadas por la situación de la lana en el país, han decidido unirse para crear este proyecto que de visibilidad a los beneficios de la lana como materia prima renovable y biodegradable: perfecta para la piel de los bebés y para el medioambiente. Este proyecto fue, además, inspirado en parte por las investigaciones de científicos de la Universidad de Granada, que comprobaron la cantidad de sustancias plásticas utilizadas en la fabricación de calcetines de bebés por la industria textil, y que pueden derivar en consecuencias nefastas para la salud. “Con nuestros pequeños “Patucos Trashumantes” queremos aportar esta opción saludable y natural para la infancia, que es nuestro futuro como sociedad”, concluye Salguero.



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