La desigual DANA del fin de semana deja en el aire 300.000 toneladas de aceite de oliva

Agronews Castilla y León

23 de septiembre de 2024

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Los chubascos tormentosos que han caído en la mitad sur no han sido suficientes para mitigar los efectos de la persistente sequía que sufren las explotaciones de olivar. La situación en el sector del aceite de oliva se agrava a medida que se acerca el fin de la campaña 2023/2024, con un stock de aceite técnicamente a cero y sin una solución clara a la vista para los productores. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) lanza un llamamiento urgente para que el Ministerio de Agricultura actúe de manera decisiva ante la crisis.

La sequía y la DANA: insuficiencia de precipitaciones

La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que se produjo el pasado fin de semana ha tenido un impacto desigual en las zonas productoras de aceite de oliva. Mientras que algunas áreas han recibido chubascos intensos, estas lluvias han sido insuficientes para aliviar la persistente sequía que afecta a las explotaciones de olivar, particularmente en las zonas de secano.

En términos agrícolas, la sequía es especialmente preocupante, ya que más de 300.000 toneladas de la próxima cosecha de aceite de oliva están en riesgo debido a la falta de agua. Esto no solo supone un golpe para los agricultores, sino también para el mercado del aceite, que ya enfrenta una caída en la producción y fluctuaciones drásticas en los precios.

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Un final de campaña con las almazaras vacías

Según los últimos datos proporcionados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), la campaña 2023/2024 terminará con 200.000 toneladas de aceite de enlace, lo que representa la menor cantidad registrada en los últimos años. Este nivel tan bajo de existencias “prácticamente vacía las almazaras” hasta la llegada del grueso de la cosecha en diciembre, según ha señalado Juan Luis Ávila, responsable del sector del olivar de COAG.

En este sentido, es importante tener en cuenta que la comercialización del aceite de oliva sigue el mismo calendario que el año hidrológico, comenzando el 1 de octubre y finalizando el 30 de septiembre del año siguiente. Sin embargo, la producción de aceite no se generaliza hasta noviembre o diciembre, dejando un vacío crítico en el suministro para los próximos meses.

A pesar de que algunas zonas comienzan la recogida de la aceituna en septiembre y octubre, los aceites producidos en estas fechas, conocidos como aceites tempranos o verdes, son escasos y se comercializan a precios más elevados. Para cuando comience la producción en volumen, las bodegas estarán a cero no solo en España, sino también en Europa y en todo el mundo.

Cifras de la campaña y existencias actuales

Los datos más recientes de la AICA indican que en agosto de 2024 había unas existencias de 271.968 toneladas de aceite, lo que representa 49.216 toneladas menos que el año pasado. De estas cantidades, 138.662 toneladas estaban en manos de los productores y 131.741 toneladas en poder de los envasadores, mientras que solo 1.564 toneladas se encontraban en el Patrimonio Comunal Olivarero.

La producción de aceite en España ha caído de manera considerable en los últimos años debido a la sequía, pero este año se ha visto particularmente afectada, lo que ha disparado los precios del aceite de oliva para los consumidores. Mientras tanto, los agricultores enfrentan grandes incertidumbres sobre la viabilidad de sus explotaciones debido a los altos costes de producción y la baja rentabilidad en las temporadas de baja producción.

COAG reclama medidas urgentes al Ministerio de Agricultura

Ante este panorama crítico, la COAG ha instado al Ministerio de Agricultura a que actúe con urgencia para poner en marcha el desarrollo de la norma de almacenamiento, que lleva congelada desde hace tres años. Según Juan Luis Ávila, responsable del sector olivarero de COAG, una reserva estratégica de aceite almacenado podría ayudar a estabilizar el mercado, evitando las fluctuaciones de precios al alza para los consumidores en épocas de sequía como las actuales.

Además, esta reserva permitiría garantizar una estabilidad de precios a los agricultores en campañas de gran producción, retirando producto del mercado cuando sea necesario. Esto es crucial para un sector que depende en gran medida de las condiciones meteorológicas y de un mercado que puede ser altamente volátil.

El Consejo de Ministros ya había aprobado en febrero de 2021 un Real Decreto que desarrolla la aplicación del artículo 167 bis de la Organización Común de los Mercados Agrarios de la Unión Europea. Esta normativa permite que el Ministerio de Agricultura tome medidas en situaciones de desequilibrio de mercado, como es el caso actual, y ordene una retirada temporal de producto.

La desigual DANA del fin de semana deja en el aire 300.000 toneladas de aceite de oliva

Falta de concreción en la norma

Sin embargo, según Ávila, el problema radica en que el decreto no especifica claramente las cifras ni los casos en los que se puede intervenir, lo que dificulta su aplicación. Esto genera una sensación de incertidumbre entre los productores, que no saben si podrán contar con una herramienta efectiva para estabilizar el mercado y proteger sus ingresos en las campañas difíciles.

La falta de concreción en esta norma ha sido motivo de crítica por parte de los representantes del sector, que insisten en la necesidad de una acción clara y decidida por parte del Gobierno para proteger un cultivo esencial en muchas zonas rurales de España.

El fenómeno de la vecería y su impacto en los precios

Uno de los desafíos clave en el sector del aceite de oliva es el fenómeno de la vecería, que se refiere a la alternancia entre campañas de altas producciones y campañas de bajos rendimientos. Esto genera una gran volatilidad en los precios, afectando tanto a los consumidores como a los agricultores.

En las campañas de alta producción, los precios suelen caer, lo que reduce los márgenes de los agricultores. En cambio, en épocas de sequía o baja producción, como la que vivimos actualmente, los precios aumentan de manera considerable, afectando el acceso de los consumidores al producto y generando incertidumbre en el mercado.

Conclusión: el futuro del sector oleícola en España

El sector del aceite de oliva en España enfrenta uno de sus momentos más críticos debido a la sequía prolongada y a la falta de medidas claras para proteger a los productores y estabilizar el mercado. La campaña 2023/2024 terminará con las bodegas vacías, y si no se implementan soluciones estructurales, es probable que las dificultades persistan en el futuro cercano.

COAG ha lanzado un llamamiento para que se pongan en marcha medidas urgentes, como la creación de un stock estratégico de aceite y la aplicación efectiva de la norma de almacenamiento. Solo con acciones decididas y concretas se podrá garantizar la viabilidad del sector y proteger tanto a los agricultores como a los consumidores.

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