La Confederación del Duero rebaja a los regantes del Carrión de 4.500 a 4.000 los metros cúbicos asignados por hectárea, ante el descenso del volumen de agua embalsada

  • El adelanto en las necesidades de riego por la sequía motiva en parte que Camporredondo y Compuerto ya hayan bajado del nivel que tenían en 2022 por estas mismas fechas
  • • ASAJA-Palencia insiste en que, más allá de las medidas coyunturales, el campo necesita inversión contra el déficit estructural de almacenamiento y regulación en la provincia

Agronews Castilla y León

23 de mayo de 2023

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La Confederación Hidrográfica del Duero ha comunicado a las comunidades de regantes que se abastecen del sistema Carrión que rebaja de 4.500 a 4.000 los metros cúbicos por hectárea que les había asignado al inicio de la campaña. El adelanto en varias semanas del riego debido a la escasez de precipitaciones y las altas temperaturas, para poder salvar los cultivos, es uno de los motivos de la decisión, una vez que los dos embalses del sistema, Camporredondo y Compuerto, se han situado ya por debajo de los niveles que tenían el pasado año en estas mismas fechas (ayer se hallaban por debajo de los 110 hectómetros cúbicos). Esta medida llega después de que el organismo regulador elevara de nivel de gravedad en el indicador de «escasez» a los dos sistemas de la provincia de Palencia —Carrión, que ha pasado a «prealerta» y Pisuerga, que ha entrado en «alerta»—, lo que augura una nueva campaña de riego muy restrictiva, como ya fue la anterior. ASAJA-Palencia insiste en que, más allá de las medidas coyunturales debidas a las condiciones atmosféricas, el campo  necesita inversiones que acaben con el histórico déficit estructural en almacenamiento y regulación en esta provincia.

Pese a que el indicador de «sequía prolongada» todavía se halla en situación de «normalidad» en los dos sistemas de riego de la provincia de Palencia, no sucede lo mismo con el indicador de «escasez» después de un abril que figura ya entre los tres más secos desde 1951 según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). La Confederación Hidrográfica del Duero ha elevado recientemente la calificación de ambos sistemas: el Pisuerga es el único de toda la cuenca que ya ha entrado en situación de «alerta», mientras el sistema Carrión comparte el grado de «prealerta» con otros tres (Torío-Bernesga, Cega y Bajo Duero).

Por ello, los regantes palentinos se temen una campaña de riego tan restrictiva como la anterior, mal presagio que se desprende de las decisiones adoptadas por la Confederación tras las últimas reuniones con los usuarios de las distintas juntas de explotación, así como de la evolución del agua de los embalses y del estado con el que arranca esta semana. Este mismo lunes los regantes del Carrión ya han recibido un primer recorte en la asignación original dada al principio de la campaña: de 4.500 metros cúbicos por hectárea han pasado a 4.000.

Desde ASAJA-Palencia insisten, más allá de las medidas que se adoptan en función de la coyuntura de la actual sequía, en que la planificación y la ejecución de inversiones que acaben con el histórico  déficit de almacenamiento y regulación es la única salida para acabar con este problema estructural, que padecen los agricultores y que está limitando considerablemente no solo al sector, sino el desarrollo económico y laboral de un territorio como el de la provincia de Palencia, tanto en términos absolutos como en comparación con el de otras zonas de España, y de nuestra propia comunidad.

 

MES Y MEDIO ANTES

Según el último informe de sequía (30 de abril), el sistema Pisuerga ha pasado a alerta en el indicador de «escasez», con un coeficiente de 0,25 que implica bajar del umbral de «prealerta» (0,30) y situarse en el previo al peor escenario, que es el de «emergencia», que en este sistema se declaró en el verano y el otoño de 2022. Hay que recordar que las escasísimas precipitaciones de este año, unidas a un arranque de campaña con niveles de embalse ya muy deficientes, más la necesidad de adelantar alrededor de mes y medio el riego de algunos cultivos para evitarles daños irreversibles, han motivado que mediado mayo los embalses de este sistema (Aguilar de Campoo, Requejada y Cervera-Ruesga) ya perdieran el nivel de los 140 hectómetros cúbicos almacenados.

El inicio de esta semana, lejos de tranquilizar, es harto preocupante, al arrancar con un volumen total (131,1 hectómetros cúbicos) que hace temer una inminente perdida del listón de los 130 hectómetros cúbicos en los próximos días, lo que no ocurrió el pasado año hasta mediado junio. A estas alturas de año, los embalses del sistema Pisuerga superaban los 157 hectómetros cúbicos (26 más que actualmente), cifras que dan idea de que la situación de la actual campaña es sensiblemente peor que la anterior. La perspectiva se presenta, pues, muy negativa.

 

TRASVASES INTERIORES

En el caso del Pisuerga, se pone de manifiesto además la necesidad de que la CHD se plantee  trasvases entre sistemas de la misma cuenca, para que campaña tras campaña no repercutan solo en los regantes la cabecera las necesidades del Bajo Duero. A este sistema podría suministrarse agua desde otros, sin perjudicar a unos agricultores que únicamente dependen de los embalses de Aguilar de Campoo, Requejada y Cervera-Ruesga, cuyas expectativas de almacenamiento no se han cumplido en tres de los últimos seis años, lo que revela unos problemas y unas carencias estructurales, más allá de la situación de dos campañas consecutivas de escasas precipitaciones como se están viviendo.

Sin revestir tanta gravedad, el paso del sistema Carrión al nivel de prealerta declarado por la Confederación, también constituye motivo de preocupación, máxime al ver la notable merma registrada en el volumen de agua embalsada desde primeros de abril, consecuencia en parte de ese adelanto temporal en las necesidades agronómicas de riego, debido a una primavera extremadamente seca que ha obligado a salvar los cultivos.

En este sistema, que agrupa los embalses de Camporredondo y Compuerto, la semana arranca en niveles muy semejantes (109,1 hectómetros cúbicos) a los del pasado año por estas fechas (110,4), pero sensiblemente inferiores a la media de la última década (136 hectómetros). Este sistema, que inició el año 2023 con un volumen almacenado sensiblemente superior al de 2022, se ha situado en el tránsito entre los meses de abril y mayo por debajo ya del volumen embalsado el pasado año por estas mismas fechas. Por ello, los regantes del Carrión se temen también que la campaña se plantee de manera restrictiva, como ya sucedió en 2022.

 

EL 30, JUNTA DEL PISUERGA

En definitiva, la «situación comprometida» del sistema Pisuerga que reconoció la CHD tras la comisión de desembalse celebrada a primeros de abril se ha acentuado por la escasez de lluvias padecida desde entonces. En este caso, los embalses de este sistema  se situaron por debajo del nivel de 2022 ya en la primera quincena de abril.

Por eso, se ven amenazados esos 3.500 metros cúbicos por hectárea establecidos entonces por el organismo regulador, tanto para los regadíos que se abastecen a través de los canales del Estado como para el resto de tomas de riego del sistema Pisuerga. La junta de explotación fijada para el próximo 30 de mayo será, en ese sentido, decisiva para unos regantes que ya recibieron la menor asignación de la cuenca al inicio de la campaña.

Ya avanzó el organismo de cuenca entonces que las dotaciones para el desarrollo de la campaña de riego entonces recién estrenada podrían revisarse al alza o a la baja, al condicionarse al tiempo de esta primavera, porque «las condiciones climatológicas que se dispongan en los diferentes sistemas de explotación de la cuenca durante esta estación van a incidir doblemente tanto en el consumo de agua en las zonas regables como en las reservas de los embalses».

En todo caso, la Confederación Hidrográfica del Duero siempre tiene en su mano acudir a medidas excepcionales ante dos campañas consecutivas tan lesivas para el campo, tales como la reducción de las reservas de los embalses o la rebaja al mínimo de los caudales ecológicos de los ríos; además de los mencionados trasvases entre sistemas de la misma cuenca, que distribuyan mejor la carga de carencias estructurales.



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