La utilización del criterio de árboles y arbustos existentes en las parcelas de pastos para reducir el número de hectáreas admisibles en la zona de dehesa, podría causar daños irreparables. Aplicar un coeficiente de admisibilidad de pastos (CAP) en función de la densidad y altura de la vegetación sería un error, en opinión de la citada organización ganadera, ya que daría lugar a daños que en el futuro no se podrían restablecer por lo complejo que es el ecosistema de dehesa.
La «19 de Abril» reiteró a Miranda que «debajo de las encinas crece pasto aprovechado por el ganado para su alimentación» y calificó de «desacierto» penalizar las zonas adehesadas, que por el contrario, deberían primarse por su importante beneficio y contribución (fijadora de CO2, biodiversidad, contribución al medio ambiente, etc).