
La Junta de Castilla y León ha dado un paso estratégico en favor del desarrollo rural y la sostenibilidad agrícola con una inversión que supera los 27,5 millones de euros destinada a la transformación en regadío de la comarca de La Armuña, en la provincia de Salamanca. Esta inversión histórica ha sido complementada por los propios agricultores, quienes, a través de la Comunidad de Regantes, han aportado 10,7 millones de euros adicionales.
El proyecto afecta a los municipios de Campo de Peñaranda, Cantalpino, Poveda de las Cintas, Villaflores y Zorita de la Frontera, y beneficiará directamente a 700 propietarios de parcelas ubicadas en una superficie total de 8.200 hectáreas, de las cuales 6.130 hectáreas se destinarán íntegramente al cultivo de regadío.
Inversiones en infraestructuras hidráulicas y energías renovables
Red de riego modernizada para 6.130 hectáreas
La obra principal ha consistido en el establecimiento de las redes de riego, que suponen una inversión total de 32,3 millones de euros. Estas infraestructuras permitirán un aprovechamiento eficiente del agua, aspecto clave en un contexto de cambio climático y escasez hídrica. El plazo de garantía de estas obras se extenderá hasta 2027, asegurando su funcionalidad y mantenimiento durante los primeros años críticos.
Dos plantas fotovoltaicas para reducir costes energéticos
La segunda gran inversión ha sido la instalación de dos plantas fotovoltaicas de autoconsumo, cuya puesta en marcha está prevista para este mismo año. Con una potencia total de 5,7 MWp, estas infraestructuras permitirán abastecer de energía renovable tanto a la estación de bombeo principal como a la balsa de riego, logrando una reducción del 43 % en el gasto energético. La inversión destinada a estas plantas asciende a casi 6 millones de euros.
Impacto económico, social y demográfico del regadío
La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, ha subrayado que esta actuación refleja el “compromiso firme de la Junta con el desarrollo del regadío”, no solo desde una perspectiva productiva, sino también como herramienta para fijar población en el medio rural.
Entre los efectos positivos que generan las zonas regables, la consejera ha destacado que:
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La incorporación de jóvenes al sector agrario es seis veces mayor que en zonas de secano.
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Las densidades de población son tres veces superiores en zonas regables.
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La inversión en el campo es seis veces mayor que en tierras sin riego.
Estos datos refuerzan el valor estratégico del regadío como instrumento de vertebración territorial y lucha contra la despoblación.
Objetivos para esta legislatura: más regadíos y más energías limpias
La actuación en La Armuña forma parte de un plan más amplio para la modernización y transformación de regadíos en Castilla y León. En palabras de González Corral, el objetivo marcado por su departamento para esta legislatura es intervenir en 30.000 hectáreas, de las cuales ya están en marcha más de 23.000 hectáreas, y se están tramitando actuaciones en otras 4.000 hectáreas.
Por otro lado, la apuesta por el uso de energías alternativas es igualmente firme. Desde la Junta se está desarrollando un plan para instalar infraestructuras fotovoltaicas que permitan el riego sostenible en 92.300 hectáreas, un objetivo que supera en un 50 % el compromiso inicial de 60.000 hectáreas. Esta línea de actuación implica una inversión pública de 63,2 millones de euros.
Cifras clave del proyecto en La Armuña
Inversión de la Junta | 27,5 millones € |
Aportación de los regantes | 10,7 millones € |
Total de hectáreas beneficiadas | 8.200 ha |
Superficie transformada en regadío | 6.130 ha |
Número de propietarios beneficiados | 700 |
Red de riego | 32,3 millones € |
Plantas fotovoltaicas | 5,7 MWp | casi 6 millones € |
Reducción del gasto energético | 43 % |
Una apuesta estructural por el futuro del campo
La transformación de regadíos en La Armuña, con el añadido de soluciones energéticas limpias y el respaldo directo del sector agrario, se configura como un modelo de intervención rural sostenible, alineado con los objetivos de la PAC 2023-2027, los retos del cambio climático y la necesaria mejora de la competitividad del campo.
La combinación de eficiencia hídrica, energía renovable y cooperación público-privada sitúa este proyecto como referente de innovación rural en Castilla y León, con un impacto tangible en la economía local, la sostenibilidad ambiental y el relevo generacional agrícola.