En una firme apuesta por mejorar la productividad y competitividad del sector agrícola, la Junta de Castilla y León ha anunciado un ambicioso proyecto para la modernización de los regadíos y la concentración parcelaria en la Ribera Alta del Porma. Con una inversión de más de 35 millones de euros, la administración autonómica busca potenciar el desarrollo de los municipios de Santa Colomba de Curueño, Vegas del Condado, Valdefresno y Villaturiel, beneficiando a más de 2.500 propietarios y transformando un área agrícola de 4.600 hectáreas.
El jefe del Servicio Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Fidentino Reyero, ha presentado los detalles del proyecto a las juntas vecinales, alcaldes y representantes de agricultores de la región, subrayando que se trata de un compromiso estratégico para asegurar el futuro del sector agrícola en la zona. La iniciativa, financiada a fondo perdido, tiene como objetivo no solo mejorar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas, sino también optimizar el uso de recursos como el agua y la energía.
Detalles del proyecto: una inversión estructural y tecnológica
El proyecto, cuya redacción y licitación se espera que sea anunciada en los próximos meses, incluye una inversión total de 12 millones de euros para la construcción de infraestructuras rurales. Esta partida cubrirá la creación de caminos, accesos y otras infraestructuras esenciales para el desarrollo agrícola de la zona.
Además, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), la Junta financiará una parte significativa de las obras de modernización del regadío, con una aportación de 23,43 millones de euros. Esta cantidad cubrirá aproximadamente un 30% de la inversión total del proyecto. Los trabajos de modernización incluyen la construcción de infraestructuras claves como la toma de agua, una balsa de regulación, la tubería de abastecimiento, una estación de bombeo y las correspondientes líneas eléctricas para garantizar un suministro eficiente de energía.
Con esta inversión, la Junta aspira a transformar un área que incluye 7.878 parcelas, distribuidas en más de 4.600 hectáreas. Esta modernización permitirá mejorar la competitividad de las explotaciones agrícolas y contribuirá a la sostenibilidad del sector, algo crucial en un contexto de cambio climático y escasez de recursos hídricos.
Un proyecto con impacto a gran escala en la provincia de León
Este ambicioso plan de modernización no es una iniciativa aislada. Se une a una serie de proyectos que la Junta de Castilla y León ha venido desarrollando en la provincia de León en los últimos años. Hasta la fecha, la Junta ha modernizado y concentrado más de 45.000 hectáreas en la comarca de El Páramo y unas 4.194 hectáreas en los sectores III y IV de la margen izquierda del Porma.
En estos momentos, se están finalizando las obras en 3.500 hectáreas del Canal Alto de Villares y la Presa de la Tierra. Además, se están llevando a cabo proyectos en diversas zonas, tales como:
- Sectores II y III de la margen izquierda del Porma, con un total de 4.809 hectáreas.
- Canal Bajo del Bierzo, abarcando 4.016 hectáreas.
- Canal de Velilla, con casi 1.000 hectáreas.
- Llamas de la Ribera, con 900 hectáreas.
- Valderas, con 1.000 hectáreas.
- Canal del Esla, con más de 11.000 hectáreas.
Este esfuerzo conjunto refleja una apuesta clara de la administración autonómica por garantizar el desarrollo sostenible del sector agrícola, modernizando infraestructuras y mejorando la competitividad de las explotaciones.
Impacto directo en los agricultores y el relevo generacional
La concentración parcelaria y la modernización de regadíos contribuyen a ordenar y optimizar el uso del territorio, mejorando la eficiencia y reduciendo los costos de producción. Según expertos en la materia, la unificación de parcelas facilita una mejor gestión de las explotaciones, permitiendo una planificación más eficiente de los sistemas de riego y reduciendo el uso de recursos clave como el agua y los fertilizantes.
Este proyecto no solo busca incrementar la productividad agrícola, sino que también tiene un impacto positivo en la calidad de vida de los agricultores. La telegestión del regadío reducirá el esfuerzo físico requerido en la supervisión y operación de los sistemas de riego, permitiendo a los agricultores gestionar sus explotaciones de manera más eficiente y con menor inversión de tiempo.
Además, se espera que la modernización de las infraestructuras agrícolas contribuya a atraer a jóvenes agricultores al sector, una pieza clave para asegurar el relevo generacional en el campo. La mejora en la rentabilidad de las explotaciones y las condiciones laborales más favorables crearán un entorno propicio para que las nuevas generaciones se integren en el sector agrario, garantizando así su sostenibilidad a largo plazo.
Un ahorro significativo en el uso del agua y otros recursos
Uno de los aspectos más destacados de la modernización del regadío es la reducción en el consumo de agua. Gracias a la incorporación de sistemas de riego más eficientes, se estima que las explotaciones podrán reducir considerablemente su demanda hídrica, contribuyendo así a una gestión más sostenible de este recurso vital.
Además, la mejora en la infraestructura permitirá una racionalización en el uso de fertilizantes y productos fitosanitarios, reduciendo el impacto ambiental de las actividades agrícolas. La diversificación de cultivos será otro de los beneficios de la modernización, permitiendo a los agricultores experimentar con nuevos productos que se adapten mejor a las condiciones del mercado y del entorno.
Conclusión: una inversión hacia el futuro agrícola de Castilla y León
La inversión de 35 millones de euros que la Junta de Castilla y León ha destinado a la modernización de los regadíos y la concentración parcelaria en la Ribera Alta del Porma no solo mejorará la rentabilidad y competitividad de las explotaciones agrícolas de la zona, sino que también asegurará un uso más sostenible de los recursos. Con más de 2.500 propietarios beneficiados y una superficie de 4.600 hectáreas modernizadas, este proyecto representa una oportunidad para el desarrollo de un sector agrícola más moderno, eficiente y competitivo.