Hoy Iván se ha levantado con tres ovejas muertas en su explotación a causa de un presunto ataque de lobos. Ayer fueron diez. Y sumando. Así hasta llegar a las más de cien cabezas atacadas desde hace treinta días en su explotación situada en la zamorana localidad de San Miguel de la Rivera. Zona situada al sur del Duero donde no es común que exista esta especie animal
Agronews ha querido hablar con él y le ha costado hablar, mucho: “No sé qué hacer ya”. Esta última lobada le ha pillado por sorpresa porque según asegura, le dijeron desde la Junta de Castilla y León que suele tardar dos días en volver. Esta vez no han esperado ni 24 horas. Y habla en plural porque dice que si bien algunos días puede venir un cánido de manera aislada, hay otras jornadas que son más de uno los que llegan hasta allí, a tenor de los resultados que le dejan en su terreno: “Hemos tenido ataques de hasta 30 o 40 ovejas, pero a veces solo mata a unas pocas y apenas come de ellas” explica.
«He pasado de querer tener cien ovejas más a tener cien menos»
Iván no sabría poner cifra a lo que le va a costar esta serie de ataques a largo plazo, pero sabe que va a ser mucho, sobre todo a partir de navidades, ya que a las bajas provocadas ahora se suman las que hayan abortado tras los sucesos y las que no se hayan quedado en gestación por el estrés: “Tenía unas mil y al haber bajado mucho el precio de la leche de oveja queríamos tener cien más para afrontar la situación y me he encontrado con cien menos” apunta desanimado.
La manada está a 8 kilómetros de su explotación
Y no se lo explica porque la manada habita a 8 kilómetros de donde tiene su explotación, sabe que hay otras más cerca y ha puesto todos los medios posibles para disuadir a la manada. Desde la radio a todo volumen hasta luz durante toda la noche sumadas a múltiples vallas, sin efecto: “Se nota que ven mucho más fácil llegar hasta aquí y sé que van a volver en más ocasiones”.
Ha pedido ayuda la Junta de Castilla y León y quiere intentar por todos los medios pacíficos solucionar su situación. Lo más efectivo: una subvención que le permita arreglar el vallado, fabricado para que no salten las ovejas pero que, para un lobo, es muy fácil de traspasar: “Da la sensación de que quieren que abata yo a los lobos y me metan la multa de 15.000 euros. Solo quiero soluciones”. De momento cada mañana seguirá levantándose con el temor de saber si su explotación ha sido de nuevo atacada.
Agronews quiere dejar claro que éste es el testimonio del ganadero, no un reportaje ni una pieza informativa en la que se busque ningún responsable. Si hay pruebas que den lugar a otras hipótesis, no duden en ponerse en contacto con la redacción que estará plenamente dispuesta a escuchar.
