
Investigadores del grupo BIOACTINOTEC de la Universidad de León (ULE) han logrado un descubrimiento crucial para la industria vitivinícola y del corcho: han identificado el proceso biológico responsable de la aparición de la “mancha amarilla” en el corcho, un fenómeno que afecta la calidad del vino y genera pérdidas millonarias para las bodegas a nivel mundial.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Microbiome (enlace al estudio), demuestra que la degradación natural del corcho, causada por distintos hongos y bacterias, puede generar de manera espontánea el compuesto 2,4,6-tricloroanisol (TCA), una sustancia que altera el aroma y sabor del vino, haciéndolo imbebible.
¿Qué es la ‘mancha amarilla’ del corcho y cómo afecta al vino?
La “mancha amarilla” es un defecto del corcho que hasta ahora no había sido completamente comprendido. Este proceso de degradación provoca la acumulación de TCA, un compuesto químico altamente perjudicial para el vino. Según explica el catedrático de Microbiología de la ULE, Juan José Rubio Coque, del Instituto de la Viña y el Vino:
“En esta investigación hemos descubierto un proceso que explica cómo, a partir de la propia degradación del corcho y con la participación de distintos hongos y bacterias, se puede producir de forma natural el TCA. Este compuesto puede pasar del tapón al vino, al que confiere un desagradable aroma fúngico, arruinando su calidad y evitando su comercialización”.
El impacto económico de este problema es significativo. Se estima que el TCA afecta entre el 3 % y el 7 % de los vinos embotellados con corcho natural cada año, lo que representa pérdidas millonarias para la industria vinícola global.
Un descubrimiento que cambia la comprensión del TCA en el corcho
Antes de esta investigación, se creía que el TCA solo se generaba a partir de compuestos químicos como los clorofenoles, que han sido ampliamente utilizados como pesticidas en diversas industrias. Sin embargo, el estudio del grupo BIOACTINOTEC demuestra que este compuesto también puede generarse de forma natural, sin intervención humana, a través de la degradación microbiana del corcho.
Los investigadores detallan en la publicación de Microbiome:
“Los clorofenoles y cloroanisoles pueden producirse de novo en el corcho a partir de compuestos fenólicos liberados por la biodegradación microbiana de la lignina (componente principal de la madera) y/o la suberina (elemento fundamental del corcho), mediante la participación de distintos microorganismos presentes en el material.”
Este hallazgo es crucial, ya que revela una nueva fuente de contaminación ambiental diferente a la generada por la actividad humana, lo que abre una nueva vía de investigación para la prevención de este problema en la industria vinícola y del corcho.
Impacto del TCA en la industria vitivinícola y del corcho
El 2,4,6-tricloroanisol (TCA) es una de las principales preocupaciones para las bodegas y productores de corcho. Su presencia en los tapones puede arruinar la calidad del vino, haciendo que las botellas sean imbebibles y afectando la percepción del consumidor.
Principales consecuencias económicas y productivas del TCA:
- Afectación de entre el 3 % y el 7 % de los vinos embotellados con corcho.
- Pérdidas anuales de cientos de millones de euros en la industria vinícola global.
- Deterioro de la reputación de bodegas afectadas por vinos contaminados.
- Impacto en la industria del corcho, que busca soluciones para minimizar la producción de TCA.
Este descubrimiento podría suponer un punto de inflexión para desarrollar nuevas estrategias que reduzcan la formación de TCA en los tapones de corcho y minimizar así su impacto en la calidad del vino.
El equipo de investigación detrás del hallazgo
El estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar de científicos del grupo BIOACTINOTEC, conformado por:
- Marina Ruiz-Muñoz
- Ignacio Ontañón
- Rebeca Cobos
- Carla Calvo-Peña
- Rebeca Otero-Suárez
- Vicente Ferreira
- Jordi Roselló
- Juan José Rubio Coque (director del estudio)
Este equipo ha trabajado en colaboración con otros expertos en microbiología y enología para desentrañar los procesos naturales que afectan al corcho y, en consecuencia, a la industria vinícola.
¿Qué soluciones pueden derivarse de este hallazgo?
El descubrimiento del origen natural del TCA en el corcho permite nuevas estrategias de prevención en la industria del vino y el corcho. Algunas posibles soluciones incluyen:
- Desarrollo de tratamientos preventivos para minimizar la proliferación de hongos y bacterias responsables de la degradación del corcho.
- Mejoras en el proceso de producción y almacenamiento del corcho para evitar la formación de la “mancha amarilla”.
- Investigaciones sobre métodos de detección temprana del TCA en tapones de corcho antes de su distribución a bodegas.
- Alternativas de tapón con menor riesgo de contaminación, como el uso de corcho tratado o tapones sintéticos.
Conclusión: un avance clave para la enología y el sector del corcho
El hallazgo de los investigadores de la Universidad de León marca un antes y un después en la comprensión del fenómeno de la “mancha amarilla” en el corcho y su relación con la contaminación por TCA en el vino.
Con este descubrimiento, se abre un nuevo campo de investigación para el desarrollo de soluciones innovadoras, que podrían mejorar significativamente la calidad de los vinos embotellados con corcho natural, reducir las pérdidas económicas y fortalecer la confianza de los consumidores en esta industria.