
La Asociación Nacional de Transportistas de Animales (ANTA) ha lanzado un comunicado oficial en el que denuncia públicamente las condiciones inaceptables durante las inspecciones de transporte animal realizadas a lo largo del día 11 de abril de 2025 en el área de La Junquera, uno de los pasos fronterizos más importantes de España con Francia.
Según el documento, los controles de transporte –incluyendo los de animales vivos– habrían generado retenciones prolongadas, alcanzando en algunos casos más de ocho horas de inmovilización para camiones con animales a bordo, lo que, según ANTA, vulnera directamente la normativa vigente de bienestar animal a nivel europeo.
Más de 8 horas de inmovilización: un caso límite a 25 km del destino final
Entre los casos que destaca ANTA, se encuentra el de un camión detenido a tan solo 25 kilómetros de su destino final, el cual, según el relato, fue retenido desde las 8:00 de la mañana sin que la inspección comenzara hasta pasadas tres horas desde su detención. En total, el vehículo habría permanecido más de ocho horas parado, con los animales sin poder ser descargados ni atendidos adecuadamente.
“Esta actuación, a todas luces arbitraria, agrava el sufrimiento innecesario de los animales y pone en riesgo su salud”, subraya la organización en el comunicado. Se trata de una situación especialmente grave si se tiene en cuenta que, durante el transporte, los animales necesitan ser descargados con rapidez para poder acceder a agua, alimentación y un espacio adecuado.
Falta de bioseguridad en las inspecciones: mezcla de especies y riesgo de enfermedades
Uno de los puntos más preocupantes que señala ANTA es la ausencia de criterios de bioseguridad durante los controles. En concreto, los Mossos d’Esquadra habrían estacionado camiones de distintas especies animales unos junto a otros, sin contemplar los protocolos básicos para evitar contagios entre animales que pudieran estar incubando enfermedades infecciosas.
Desde ANTA se advierte del riesgo de transmisión de enfermedades como la fiebre aftosa, la rosalia y otras patologías de alto impacto sanitario y económico, lo cual podría generar consecuencias devastadoras para el sector ganadero. Esta actuación contraviene los principios más elementales de prevención epidemiológica.
Vulneración de la normativa europea sobre bienestar animal
La asociación subraya que estas prácticas contravienen abiertamente la normativa de la Unión Europea en materia de bienestar animal y transporte internacional, cuyas directrices establecen tiempos máximos de transporte, descansos obligatorios, y condiciones higiénicas y sanitarias durante el tránsito y la inspección.
En este sentido, ANTA recuerda que la legislación comunitaria establece responsabilidades claras para las autoridades competentes, quienes deben garantizar que las inspecciones no comprometan la salud ni el bienestar de los animales transportados. Lo sucedido en La Junquera representa, según la entidad, una grave negligencia administrativa.
Demandas urgentes de ANTA: formación, revisión de protocolos y depuración de responsabilidades
En su comunicado oficial, ANTA exige medidas inmediatas a las autoridades responsables, entre ellas:
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✅ Revisión inmediata de los protocolos de actuación en este tipo de controles.
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✅ Formación adecuada del personal implicado, con especial atención a la bioseguridad y el bienestar animal.
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✅ Depuración de responsabilidades ante una actuación que califican como negligente y desproporcionada.
Asimismo, la organización indica que seguirá de cerca la evolución de la situación y no descarta emprender acciones legales o administrativas para proteger los derechos tanto de los animales como de los profesionales del transporte ganadero afectados.
Un punto neurálgico en el transporte ganadero internacional
La frontera de La Junquera es un paso estratégico para el comercio y transporte de animales vivos entre España y otros países de la UE, especialmente Francia, Alemania e Italia. Cada semana, cientos de camiones atraviesan este punto, lo que implica que cualquier retención prolongada no solo afecta al bienestar animal, sino que genera un impacto económico directo sobre exportadores, transportistas y ganaderos.
Implicaciones sanitarias y económicas para el sector ganadero
Las malas prácticas denunciadas no solo suponen una transgresión legal, sino que conllevan riesgos epidemiológicos que pueden derivar en brotes de enfermedades animales con consecuencias:
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Económicas (cierres de fronteras, destrucción de animales, pérdidas comerciales).
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Sociales (reputación de productos ganaderos, exigencia de trazabilidad).
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Sanitarias (repercusión indirecta en salud pública).
El sector ya ha vivido episodios difíciles por brotes como la lengua azul, la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) o la peste porcina africana, por lo que la prevención y cumplimiento estricto de normas es imprescindible.
Reacción del sector: creciente indignación entre transportistas y ganaderos
Diversas organizaciones del sector agroganadero han comenzado a mostrar su apoyo a las denuncias de ANTA, alertando de que este tipo de controles sin criterios técnicos ni coordinación interadministrativa ponen en riesgo tanto la cadena logística como el tejido ganadero nacional.
Las próximas semanas podrían ser decisivas para conocer si se establecerá una investigación interna, se actualizarán los protocolos, o si se asumirán responsabilidades políticas o administrativas.
Conclusión: el bienestar animal y la bioseguridad no pueden ponerse en pausa
La denuncia pública de ANTA pone sobre la mesa un tema que va más allá de un incidente puntual. Lo ocurrido en La Junquera evidencia la urgencia de revisar los procedimientos de control en frontera, especialmente cuando afectan a seres vivos y al equilibrio sanitario del sector ganadero.
La prevención, la formación del personal, la coordinación entre cuerpos policiales y veterinarios, y el respeto a la legislación europea son pilares irrenunciables para garantizar un transporte animal que cumpla con los más altos estándares de bienestar y seguridad.