La vendimia de la principal variedad de uva de vinificación en la provincia de Cádiz, Palomino,comenzó, según informa la Red de Alertas e Información Fitosanitaria de Andalucía la semana pasada, con unas expectativas de una cosecha más corta, pero de gran calidad
Tras la realización de algunos pies de cuba a finales de la segunda semana de este mes de agosto, el pasado martes 16 empezó a entrar uva palomino en la primera de las bodegas del Marco de Jerez. La vendimia en la provincia se caracteriza por un proceso gradual que comienza en los viñedos del interior y que se va extendiendo progresivamente hacia las localidades de la costa, a medida que la uva va adquiriendo el grado de madurez idóneo para su recogida.
Como siempre, la vendimia viene condicionada por las circunstancias meteorológicas registradas durante los últimos meses, si bien este año hay que destacar lo inusual de las mismas: hemos tenido un año relativamente seco, con una pluviometría media por debajo de los 500 mm de agua de lluvia (lo habitual es 600 mm), y ello a pesar de las lluvias torrenciales que afectaron a la provincia en el pasado mes de mayo. Por otra parte, los vientos de levante han sido la tónica durante buena parte del mes de julio y toda la primera quincena de agosto. Como es sabido, el levante, viento que procede del interior, cálido y seco; tiene una incidencia directa sobre la maduración de la uva, pero también sobre su peso, al contribuir a la disminución de la cantidad de agua que contiene el fruto.
Desde el punto de vista sanitario, y tras los ataques de Mildiu que afectaron gravemente a algunos viñedos próximos a la costa (Sanlúcar y Trebujena principalmente) tras las lluvias de primavera, precisamente este viento de Levante actuó como perfecto antídoto contra cualquier otro tipo de plagas o enfermedades de las habituales en el Marco.
Como consecuencia de todo ello, las primeras uvas que están entrando en los lagares presentan un aspecto muy sano, además de una graduación relativamente alta, por encima de 11,3 grados Baumé
Por lo que respecta a las primeras estimaciones de producción, todo apunta a una cosecha significativamente inferior a la del año pasado. Hay que recordar que la de 2015 fue una vendimia muy abundante, con más de 76,4 millones de kilos recogidos y una media de producción por encima de 11.680 kilos por hectárea.
La menor pluviometría de esta campaña, unida a los persistentes vientos de levante durante el verano, sin duda determinarán una cosecha significativamente inferior en cantidad, si bien con una calidad excelente. La superficie de viñas que este año será vendimiada será aproximadamente 6.600 hectáreas.