
La Guardia Civil, en el marco de la operación NALAGAR, ha detenido a un ex trabajador de una explotación ganadera en la provincia de Cáceres como presunto autor de un delito continuado de hurto. El individuo está acusado de sustraer 264 ejemplares de ganado ovino de la finca en la que había trabajado y de robar material agrícola valorado en cerca de 32.000 euros.
La detención tuvo lugar después de una investigación iniciada a raíz de la denuncia del administrador de la explotación, quien había detectado la desaparición progresiva de ovejas desde abril de 2024. La Guardia Civil, tras analizar los registros de la oficina veterinaria de la Zona de Cáceres, logró localizar y recuperar 30 ovejas en dos explotaciones distintas, aunque la investigación sigue abierta para determinar el destino del resto del ganado.
Denuncia e inicio de la investigación
El caso comenzó cuando el responsable de la finca denunció ante la Guardia Civil que, desde el mes de abril, había notado la desaparición de cabezas de ganado de forma escalonada. Además, informó sobre la sustracción de material ganadero esencial para la explotación, con un valor estimado de 32.000 euros.
Ante esta situación, el Equipo ROCA de la Guardia Civil en Cáceres inició una investigación exhaustiva, realizando inspecciones en varias explotaciones y consultando la base de datos veterinaria para rastrear el movimiento de las ovejas robadas.
Localización del ganado robado
Gracias a las pesquisas realizadas por los agentes, se descubrió que una parte del ganado había sido vendida a dos explotaciones distintas en la provincia. Como resultado, se logró inmovilizar 30 ovejas en dichos establecimientos, aunque el paradero del resto de los animales sigue sin esclarecerse.
Los investigadores sospechan que el detenido pudo haber utilizado diversas redes de comercialización ilegal de ganado para dispersar los animales, dificultando su rastreo. Por ello, la Guardia Civil mantiene abierta la operación y no descarta nuevas detenciones o recuperaciones de más ovejas en los próximos días.
El Equipo ROCA y su lucha contra el robo en explotaciones agrícolas
La Guardia Civil dispone de unidades especializadas, los Equipos ROCA, creados para prevenir y combatir los robos y hurtos en explotaciones agrícolas y ganaderas. Estos equipos llevan a cabo inspecciones regulares en el campo, supervisan empresas relacionadas con el sector y trabajan en colaboración con los ganaderos para frenar la delincuencia rural.
Desde su creación en 2013, los Equipos ROCA han conseguido reducir significativamente los robos en explotaciones ganaderas en España, logrando la detención de numerosos delincuentes dedicados al hurto de animales y maquinaria agrícola.
Consecuencias económicas del robo de ganado
El hurto de ganado supone un grave perjuicio económico para los ganaderos. En este caso, la pérdida de 264 ovejas representa un impacto significativo para la explotación afectada, ya que cada ejemplar tiene un valor que oscila entre los 100 y 300 euros, dependiendo de su edad y condición. Esto supone un daño económico directo de entre 26.400 y 79.200 euros, sin contar con los costos indirectos, como la reposición de animales y la posible disminución en la producción de leche o carne.
El comercio ilegal de ganado, un problema creciente
Los robos de ganado no solo afectan a los propietarios de las explotaciones, sino que también tienen repercusiones en el mercado agrícola y en el sector veterinario. Muchas veces, los animales sustraídos son vendidos en mercados clandestinos, sin los controles sanitarios adecuados, lo que supone un riesgo para la salud pública.
Las autoridades recomiendan a los ganaderos registrar sus animales correctamente, realizar inspecciones periódicas en sus explotaciones y colaborar con los Equipos ROCA para prevenir este tipo de delitos.
Próximos pasos en la investigación
La operación NALAGAR sigue en marcha para esclarecer el paradero de los 234 ejemplares restantes. La Guardia Civil continuará con las pesquisas en diferentes explotaciones, empresas cárnicas y mercados ganaderos para identificar el destino final de las ovejas robadas.
Por su parte, el detenido ya ha pasado a disposición judicial y podría enfrentarse a una pena de prisión de entre uno y tres años por hurto continuado, además de una posible indemnización por los daños causados a la explotación agraria.
Conclusión: una alerta para el sector ganadero
Este caso pone de manifiesto la importancia de la vigilancia y la colaboración entre ganaderos y autoridades para frenar los robos en explotaciones. La Guardia Civil, a través de los Equipos ROCA, sigue trabajando activamente para proteger el medio rural y garantizar que los delincuentes sean llevados ante la justicia.
Mientras tanto, se recomienda a los ganaderos adoptar medidas preventivas como la instalación de cámaras de seguridad, el marcado electrónico de los animales y el control estricto de trabajadores y visitantes en las fincas para reducir el riesgo de sustracción de ganado.