Planes sectoriales de adaptación a nivel agrario
En nuestro país, predominantemente árido, el principal uso del agua es el regadío y los usos agrarios, que suponen aproximadamente el 80,5% de esta demanda, seguido por el abastecimiento urbano, que representa el 15,5%.
“Por eso la sequía no debería tratarse como una emergencia, cada vez que sucede, sino más bien como un problema estructural al que debemos adaptarnos. Y para ello, es preciso una mayor planificación, son necesarios planes sectoriales de adaptación al cambio climático a nivel agrario. No es suficiente con atajar la emergencia puntual cada vez que llega la sequía agrícola, y mucho menos tratar de flexibilizar la normativa europea, la PAC, como reclama nuestro Ministerio de Agricultura en los últimos días.
El propio Gobierno reconocía el año pasado que “es necesario emprender una completa modernización del ciclo del agua en el país con el fin de avanzar hacia una gestión más eficiente y sostenible del agua”.
“No podemos seguir cerrando los ojos ante la realidad que nos acecha: esto no es una excepcionalidad, el cambio climático es imparable. Se deben tomar decisiones y planificar ya, para no perder la oportunidad de adaptación, como ya ha sucedido con la mitigación”, añade la Coordinadora de FGN, para quien “no sólo es necesario disponer de planes de adaptación en los diferentes sistemas agrarios y regiones españolas, cuestión que el Ministerio de Agricultura debería atajar, sino que es necesaria también una planificación hidrológica en condiciones, porque el agua es un recurso finito”.
Fundación Global Nature exige una planificación hidrológica que tenga en cuenta las proyecciones en los diferentes escenarios de cambio climático e implementen Programas de medidas de adaptación urgentemente. Los últimos Planes hidrológicos (2021-2027) han dejado esta tarea para el próximo ciclo de planificación (2028-2034). “No es posible trabajar a golpe de emergencias”, asevera Vanessa Sánchez.
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