
A pesar de que el pasado 21 de noviembre de 2024, la comisión negociadora del Convenio Colectivo Estatal de las Industrias Cárnicas alcanzó un principio de acuerdo, la negociación vuelve a estar en punto muerto tras la celebración de una nueva reunión en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), que se ha saldado con un acta de desacuerdo.
Este nuevo obstáculo ha generado malestar entre los sindicatos, que ven cómo la patronal se niega a ratificar los términos pactados. Desde UGT FICA y CCOO, se han mostrado preocupados por la situación, ya que el acuerdo de noviembre había supuesto la desconvocatoria de una huelga prevista en el sector.
Un proceso de negociación marcado por las tensiones
El sector cárnico es uno de los pilares de la industria agroalimentaria en España, generando más de 120.000 empleos directos y aportando alrededor del 22 % de la facturación total de la industria alimentaria del país, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La negociación del convenio ha sido especialmente compleja, ya que las organizaciones sindicales han insistido en la necesidad de actualizar las condiciones salariales y mejorar la seguridad laboral de los trabajadores del sector. Por su parte, las patronales han defendido una posición más conservadora, alegando la difícil situación económica y la presión competitiva internacional.
Los puntos clave del desacuerdo
Según fuentes sindicales, los principales aspectos en los que la patronal se ha mostrado inflexible son:
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Incremento salarial: UGT FICA y CCOO han solicitado un aumento progresivo de los sueldos para acompasarlos a la inflación. El preacuerdo contemplaba una subida del 4,5 % para 2024, un 3 % para 2025 y un 2,5 % para 2026.
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Jornada laboral: Se planteaba la reducción de la jornada anual en 12 horas, lo que beneficiaría a miles de trabajadores.
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Medidas de seguridad y salud laboral: En el preacuerdo se incluía una mejora en la regulación de las pausas en entornos de bajas temperaturas y la modernización de los protocolos de prevención de riesgos laborales.
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Regulación del trabajo en festivos y turnos nocturnos: La compensación de horas extraordinarias y el trabajo nocturno ha sido otro punto de fricción.
Sin embargo, las patronales han mostrado su rechazo a estos puntos, argumentando que la aplicación de estos cambios supondría un sobrecoste insostenible para las empresas del sector.

Las consecuencias del rechazo patronal
La negativa empresarial no solo ha roto el preacuerdo alcanzado en noviembre, sino que también ha abierto la puerta a un nuevo ciclo de movilizaciones. Desde UGT FICA y CCOO ya han anunciado que analizarán las acciones a tomar, sin descartar la convocatoria de huelgas y otras medidas de presión.
De hecho, el sector cárnico ya vivió en 2018 un paro general que afectó la producción y distribución de carne en todo el país. En aquella ocasión, la huelga paralizó el 40 % de las plantas de producción, provocando pérdidas millonarias.
Impacto en el mercado y en el consumo
Según datos de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), la industria cárnica española exportó en 2024 más de 3 millones de toneladas de carne y productos cárnicos, con una facturación de 9.500 millones de euros. En caso de movilizaciones, el impacto podría sentirse en la cadena de suministro, afectando tanto al mercado interno como a las exportaciones.
Además, el encarecimiento de la carne podría trasladarse a los precios al consumidor. En 2024, los productos cárnicos experimentaron un incremento del 6,2 % en su precio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que afectó directamente al gasto de los hogares españoles.
Posibles próximos escenarios
Convocatoria de huelgas
Si los sindicatos optan por la vía de la presión, podría convocarse una huelga general del sector cárnico en las próximas

semanas, lo que afectaría a la producción y distribución de carne en España.
Nueva mediación
Otra posibilidad es que las partes retomen las negociaciones bajo una nueva mediación, aunque el rechazo patronal actual hace que esta opción sea menos probable en el corto plazo.
Intervención del Gobierno
El Ministerio de Trabajo y Economía Social podría intervenir para facilitar un acuerdo entre las partes. En otros conflictos laborales del sector agroalimentario, el Gobierno ha actuado como mediador para evitar huelgas prolongadas.
Conclusión: un conflicto que amenaza con paralizar la industria cárnica
El fracaso de la mediación en el SIMA ha dejado la negociación del Convenio Colectivo Estatal de las Industrias Cárnicas en una situación crítica. La negativa de la patronal a ratificar el acuerdo de noviembre ha reactivado las tensiones con los sindicatos, que podrían retomar las movilizaciones en las próximas semanas.
Con el sector cárnico generando miles de empleos y con una facturación clave para la economía española, este conflicto podría tener consecuencias graves tanto en la industria como en el consumo. Ahora, la atención está puesta en los próximos movimientos de UGT FICA y CCOO, así como en la reacción del Gobierno ante un posible bloqueo del sector.