
La VIII Feria de la Trufa de Vera de Moncayo, conocida como VeraTruf, se consolida como un evento de referencia en el mundo de la truficultura, atrayendo a más de 5.000 visitantes de diversas regiones de España y países vecinos como Francia e Italia. Durante el fin de semana, los asistentes disfrutaron de un completo programa que combinó tradición, gastronomía y conocimiento en torno a la trufa negra (Tuber melanosporum), el diamante negro de la gastronomía.
El evento, organizado por el Ayuntamiento de Vera de Moncayo junto con su Comisión de Festejos y Truzarfa, ofreció un espacio para que truficultores, viveristas, empresas de productos trufados y expertos en micología compartieran experiencias y conocimientos.
Subasta de trufas: aroma y calidad en el centro de la escena
Uno de los momentos más esperados de la feria fue la subasta de las trufas ganadoras del concurso VeraTruf, que premia las mejores piezas en las categorías de aroma, tamaño y presencia. Este año, el cambio de enfoque hacia la calidad aromática marcó la pauta.
La trufa más aromática, presentada por Beatriz Lahoz y recolectada en Lechón, Zaragoza, fue la protagonista de la jornada. Aunque su peso fue de apenas 99,50 gramos, su intenso aroma la hizo alcanzar un precio final de 2.000 euros en la subasta, duplicando su valoración inicial de 1.000 euros. Miguel Ibáñez, gerente del restaurante local El Molino de Berola, se adjudicó esta joya gastronómica, marcando su cuarta victoria consecutiva en la puja.
En la categoría de mayor tamaño, una impresionante trufa de 605,10 gramos recolectada en Mora de Rubielos, Teruel, fue subastada por 900 euros. Finalmente, el premio a la mejor presencia fue para una trufa de 55,80 gramos recolectada en Valbona y presentada por Joaquín Mengod. La Peña El Majaro, de Vera de Moncayo, se hizo con esta pieza por 110 euros.
El domingo, el V Concurso Nacional de Perros Truferos de la Sierra del Moncayo capturó la atención de los asistentes. Veinte equipos participaron en esta emocionante competición que pone a prueba el olfato y la habilidad de los perros para localizar trufas.
El primer puesto fue para Leticia Sopena y su perra Boira, una deutsch drahthaar de Santaliestra, Huesca, que se llevó un premio de 1.000 euros. El segundo lugar lo ocupó Álvaro Gómez con Mamba, una lagotto romagnolo de San Leonardo de Yagüe, Soria, seguido por Manuel Chabera y su perro Flecha, un springer spaniel de Villarreal, Castellón. Todos los participantes recibieron pienso de la marca Fochert Bustling como reconocimiento.
La feria también ofreció un espacio para el aprendizaje y la innovación. Marcos Morcillo, director de Micología Forestal & Aplicada MICOFORA, sorprendió con su conferencia sobre las plantaciones de trufa negra en el hemisferio sur, destacando los éxitos en Australia y Nueva Zelanda, donde se producen trufas durante el verano europeo.
Por su parte, la adiestradora canina Alba Arranz, con más de una década de experiencia, compartió técnicas clave para entrenar perros truferos, un recurso indispensable para el sector.
En el apartado gastronómico, la cocinera Mónica Benítez deleitó al público con tres demostraciones culinarias que mostraron la versatilidad de la trufa negra. Entre las propuestas destacaron el canelón de patata asada relleno de setas y trufa, el brioche de pollo trufado con huevo de codorniz y una ganache de chocolate blanco con trufa.
Además, el tradicional maridaje de productos locales incluyó vino de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Campo de Borja, aceite de la DOP Sierra de Moncayo y tapas elaboradas por el restaurante La Concordia.
Uno de los momentos más emotivos de la feria fue el nombramiento del chef oscense Carmelo Bosque como Embajador de la trufa de Zaragoza. Propietario del restaurante Lillas Pastia, especializado en trufa negra, Bosque expresó su compromiso con la promoción de este producto y anunció su intención de participar en la próxima edición de VeraTruf, donde cocinará en directo.
El Molino de Berola, restaurante anfitrión, ofreció un menú especial basado en la Tuber melanosporum, con platos como tostada de trufa con tocino blanco ibérico, alcachofa rellena de trufa con foie y paletilla de cabrito en jugo de trufa, que conquistaron los paladares de los asistentes.
La Feria de la Trufa de Vera de Moncayo contó con la colaboración de diversas entidades y empresas, entre ellas Bodegas Borsao, Truzarfa, Fundación Caja Rural de Aragón y el Gobierno de Aragón. Los organizadores destacaron el impacto positivo del evento en la economía local y su papel en la promoción de la truficultura como una actividad sostenible y de alto valor añadido.
Con una combinación de tradición, innovación y gastronomía, VeraTruf ha demostrado una vez más su capacidad para atraer a expertos, productores y amantes de la trufa de todo el mundo, consolidándose como una cita imprescindible en el calendario agroalimentario.