Complicada situación para los regantes leoneses. Ya se empiezan a conocer algunas de las consecuencias que trajeron las inundaciones de la pasada primavera y no son nada positivas. Ferduero ha contabilizado que más del 30% de algunas fincas se ha quedado sin sembrar como consecuencia de las abundantes e incesantes lluvias de los últimos meses, mientras que del restante la mayoría de siembras han tenido lugar en este mes de junio, lo cual, a juicio de la asociación “ocasiona con seguridad pérdidas cuantiosas en su rendimiento por acortarse en exceso el ciclo productivo”.
Además, tal y como aseguran en un comunicado, los agricultores han tenido que dar tratamientos extras de herbicidas y fungicidas por la proliferación de plagas y hongos como el gusano gris en el maíz o el fusarium en el trigo, lo que además de provocar mermas en la producción también incrementa los costes: “Los agricultores se quejan de que la proliferación de estas plagas es consecuencia de la prohibición en la quema de rastrojos” lamentan desde Ferduero.
Desagües desbordados
Por ello el próximo lunes tendrán una reunión en la Consejería de Agricultura y Ganadería en la que intentarán abordar estos temas que consideran de carácter “inmediato”, así como casos concretos como los sucedidos a los regantes de Moral de Órbigo y Villares que han sufrido las consecuencias de los desbordamientos de sus desagües que apenas tienen salidas y han provocado que el agua empantanada se vierta sobre sus cauces.
En el encuentro del día 27 además solicitarán que se pongan en marcha los papeleos necesarios para declarar a la zona como “catastrófica” e implantar una serie de medidas que palíen una cosecha que, a juicio de Ferduero “tendrá un rendimiento muy por debajo de los costes de producción”.