
La exportación española de frutas y hortalizas sigue consolidando su papel como uno de los principales motores del sector agroalimentario. Según datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, procesados por FEPEX, las ventas al exterior durante los dos primeros meses de 2025 registraron un incremento del 2% en volumen y del 6,5% en valor respecto al mismo periodo del año anterior. En total, se exportaron 2,3 millones de toneladas por un valor de 3.739 millones de euros, confirmando la fortaleza del sector en un contexto internacional exigente.
El comportamiento de las frutas y las hortalizas no ha sido homogéneo: mientras que las frutas lograron incrementar tanto volumen como valor, algunas hortalizas experimentaron ligeros retrocesos en cantidad, compensados, eso sí, por un alza significativa de los precios.
En los meses de enero y febrero, las exportaciones de hortalizas sufrieron un ligero retroceso en volumen, con un descenso del 3% respecto al mismo periodo de 2024, situándose en 1,27 millones de toneladas. Sin embargo, el valor de las exportaciones creció un 2,6%, alcanzando 2.103 millones de euros. Este comportamiento refleja un aumento del precio medio de las hortalizas exportadas, en un entorno de costes de producción y transporte elevados.
Entre las hortalizas más destacadas se encuentran:
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Pimiento: con 203.052 toneladas exportadas, apenas un -0,5% respecto al año anterior, pero con un incremento del 11% en valor, hasta los 455,5 millones de euros.
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Pepino: con 194.166 toneladas (-3%) y un crecimiento notable del 18,5% en valor, totalizando 330 millones de euros.
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Lechuga: con 191.278 toneladas (-0,2%) y un aumento del 12% en valor, hasta los 252 millones de euros.
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Tomate: que registró un descenso más acusado en volumen (-15%, hasta 161.185 toneladas) y una ligera disminución en valor (-0,6%, hasta 301 millones de euros).
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Coles: que mejoraron tanto en volumen (+2%, hasta 155.645 toneladas) como en valor (+7%, alcanzando 240 millones de euros).
Estos datos evidencian la resiliencia del sector hortícola, que, pese a los desafíos climáticos y logísticos, mantiene una demanda exterior sólida, sobre todo en productos de alto valor añadido como el pimiento y el pepino.
Fuerte crecimiento en la exportación de frutas
El segmento de frutas ha mostrado un comportamiento muy positivo, con un crecimiento tanto en volumen como en valor. En los dos primeros meses del año se exportaron 1 millón de toneladas de frutas, un 9,5% más que en el mismo periodo de 2024, alcanzando un valor total de 1.636 millones de euros, lo que supone un aumento del 12%.
Dentro de las frutas, destacan:
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Naranja: la reina de la campaña citrícola, con 375.220 toneladas exportadas (+18,5%) y un valor de 340 millones de euros (+9%). Estos datos refuerzan la posición de España como primer exportador mundial de naranja fresca.
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Mandarina: también con resultados positivos, con 341.345 toneladas (+3%) y 467 millones de euros (+8%). La mandarina sigue siendo muy apreciada en mercados europeos por su sabor, facilidad de consumo y calidad.
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Fresa: uno de los productos estrella del inicio de año, con 45.849 toneladas exportadas (+5,5%) y una espectacular subida del 20% en valor, alcanzando 222 millones de euros.
Este desempeño, especialmente en cítricos y frutos rojos, confirma la buena adaptación del sector frutícola español a las tendencias del mercado europeo, donde la demanda de productos frescos, saludables y de calidad sigue creciendo.
El buen resultado de las exportaciones hortofrutícolas en este arranque de 2025 responde a varios factores combinados:
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Climatología favorable: aunque algunas zonas han sufrido episodios de lluvia y frío, la mayor parte de las regiones productoras ha podido mantener la calidad y volumen de sus cosechas.
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Demanda internacional robusta: los consumidores europeos mantienen su preferencia por frutas y hortalizas frescas, en un contexto de creciente preocupación por la alimentación saludable.
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Valor añadido y diversificación: el sector ha sabido apostar por variedades de alto valor comercial, presentaciones adaptadas a los nuevos hábitos de consumo (como productos ready to eat) y mejoras en la logística y conservación de los productos frescos.
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Tipo de cambio y costes logísticos: aunque la inflación ha presionado los costes de producción y transporte, las exportaciones se han beneficiado en parte de una demanda dispuesta a pagar un mayor precio por la calidad y la proximidad.
A pesar del optimismo de las cifras, desde FEPEX se advierte que el sector hortofrutícola español no debe bajar la guardia. Entre los principales desafíos destacan:
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La creciente competencia internacional, especialmente de países extracomunitarios con menores costes de producción.
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El endurecimiento de las normativas fitosanitarias y de sostenibilidad en la Unión Europea, que exigen mayores esfuerzos de certificación y adaptación para seguir siendo competitivos.
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La necesidad de fomentar el consumo interno, donde el mercado nacional, pese a ser relevante, muestra signos de estancamiento frente al dinamismo de las exportaciones.
Además, se pone el acento en la importancia de seguir apostando por la innovación varietal, la digitalización de los procesos productivos y el refuerzo de la marca España como sinónimo de calidad, seguridad y sostenibilidad en el mercado internacional.
Un sector clave para la economía española
La exportación de frutas y hortalizas no solo sostiene a miles de productores y cooperativas en todo el territorio nacional, sino que representa un pilar fundamental para la balanza comercial española. La capacidad de generar divisas, mantener empleo rural y contribuir a la vertebración del territorio convierte a este sector en estratégico para la economía.
Con los buenos datos del primer bimestre de 2025, el sector afronta el resto del año con optimismo prudente, consciente de que la calidad, la adaptación al mercado y la sostenibilidad seguirán siendo las claves del éxito en un mercado cada vez más exigente y globalizado.