Evolución de las siembras de cereales de invierno en Andalucía

Agronews Castilla y León

23 de diciembre de 2022

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El inicio de las siembras de cereales de invierno en Andalucía se produjo, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), la segunda semana de noviembre, debido a las previsiones de lluvias de esos días. Estas primeras siembras en seco se vieron favorecidas por las precipitaciones caídas la tercera semana de noviembre, las cuales, a su vez, animaron a más agricultores a continuar con las sementeras de cereales. Por estas fechas, el porcentaje de superficie sembrada de cereales de invierno era aproximadamente del 30% en casi todas las provincias andaluzas.

Las previsiones de lluvias para la primera semana de diciembre, donde se pronosticaba abundantes precipitaciones, volvieron a ser un nuevo aliciente para muchos agricultores, los cuales se lanzaron a la rápida preparación del lecho de siembra, incluyendo los oportunos abonados de fondo. Las previsiones se hicieron realidad, y en lo que llevamos del mes de diciembre se han realizado en la mayoría de las provincias, el grueso de las siembras de cereales.

Las parcelas más tempranas se encuentran en el estado fenológico “BBCH: 13-15” (3-5 hojas desplegadas), y las tardías están germinando ahora. Las temperaturas de estas últimas semanas han sido más elevadas de lo normal para esta época del año, por lo que, unido a una excelente humedad en el suelo, están ayudando, en principio, a un buen desarrollo vegetativo del cultivo. No obstante, sería deseable que descendieran, ya que unas bajas temperaturas (<10ºC) favorecen tanto al enraizamiento como al ahijado de las plantas de cereales, lo que conllevaría a obtener mayor número de espigas y mayor peso de los granos. Es importante recordar que la temperatura ideal para el crecimiento y desarrollo de los cereales de invierno está entre 10 y 14ºC. Las bajas temperaturas, además de facilitar un buen ahijado, favorecerá el control natural de una de las plagas emergentes en los últimos años, el mosquito del trigo (Mayetiola destructor).

En cuanto a las necesidades hídricas, por el momento están siendo cubiertas con creces por las lluvias caídas en estas últimas semanas, favoreciendo una buena germinación de las semillas y una adecuada implantación del cultivo. Durante el ahijamiento, que empezará a producirse en la mayoría de las parcelas en el mes de enero, las necesidades de agua no son tan importantes, y más aún si ya el suelo dispone de suficiente humedad con las actuales lluvias. Los excesos de agua y encharcamientos son perjudiciales en esta fase del cultivo. En la fase de encañado y floración (inicio de la primavera) las necesidades de agua son muy importantes, ya que hay menor evapotranspiración, siendo el periodo más crítico la formación del grano. Se estima que para producir 1.000 kilos de trigo es necesario unos 150 mm de agua. Lo ideal es que las lluvias más importantes se produzcan en la primavera.



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