Empresas de Castilla y León prueban un proyecto que permite conocer al agricultor el estado de su vendimia cepa a cepa

Agronews Castilla y León

17 de septiembre de 2022

vendimia foto

La vendimia de este año está marcada por las circunstancias climatológicas de este año que, tras numerosas olas de calor, han mermado la cantidad o calidad de la uva. Los agricultores se afanan en conocer con más detalle el estado de sus cepas y poder hacer así un seguimiento personalizado que incremente su producción, reduzca sus costes y, además, lo haga con el menor impacto posible sobre la tierra de cultivo.

Con esas premisas ha nacido el proyecto desarrollado por Ingeniería y Gestión, Agrícola Castellana y Pistacyl que ya se ha empezado a probar en Cáceres (Extremadura) y que ahora llega a Castilla y León con varias bodegas en prueba en la localidad de Rueda. Después, irán a la Ribera del Duero.

Con este sistema se da la posibilidad de instalar unas básculas de pesado continuo en vendimiadoras que dará el peso de la uva cada 40 centímetros de línea, una precisión que permite conocer prácticamente lo que hay en cada cepa: “De esta manera, sabremos si se necesitan más o menos fitosanitarios con una señal generada a través de un GPS que se envía a un ordenador o al teléfono móvil” explica a Agronews el Presidente de Pistacyl, Alfredo Pérez.

Una vez se reciben en el ordenador, se generan diversas gamas de colores que indican las necesidades hídricas o de cualquier tipo que tienen las plantas, algo que permitirá saber qué tratamiento es necesario. En ese momento se podrá contactar con la cabina del chófer para transmitir este informe para que éste dé las indicaciones necesarias que ayuden a mejorar la situación: “El objetivo no es el ahorro económico, que también, sino ir a la producción que quieres”, indica.

Dos años de un proyecto en continua actualización

Se trata, en definitiva, de que los viticultores que tienen varias parcelas puedan organizar mejor sus producciones. Además el resultado pretende ir afinándose para ser cada vez más preciso. Para ello, Pérez pone un ejemplo: “Igual quieres ir a 6.000 kilos esa cosecha, pero en una parcela tienes 12.000 y en otra 4.000. La media es 8.000 que podría parecer mejor, pero es mentira; de esta manera se permite ir en todas parcelas a 6.000, por lo que el resultado final es mucho más competitivo”.

El proyecto ha comenzado este año y durará, al menos, hasta la vendimia de 2024. Para ello, las bodegas que han participado han cedido su parcela donde los coordinadores del proyecto les han permitido en las últimas semanas hacer una toma de muestras del terreno, además de la digitalización de la finca para que el sistema pueda recabar unos datos que sean lo más fiables posibles.

Aún así, el plan está en continua actualización. Actualmente se compara la calidad del vino resultante según la zona donde se haya implementado este programa y se sigue recabando información para poder trasladarla y lograr así que no solo sirva para un mismo tipo de uva sino otras variedades: “El objetivo es conseguir un buen reglaje, aunque aún tenemos que analizar cómo trasladamos a lo digital aquello que aún solo podemos ver a pie de campo”, apunta Pérez.

La siguiente fase pretende ir más allá y obtener datos más concretos como por ejemplo los grados Brix o el nivel de azúcar de la uva. Algo que ayuda al viticultor a tener información de primera mano para mejorar la calidad de su cosecha. Además, se perfeccionan las técnicas de recogidas de datos para tener los resultados casi en tiempo y en forma. Para conseguir, en definitiva un vino vivo.



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