Las Asociaciones ANAFRIC, ANICE, ANPROGAPOR, APROSA, ASOPROVAC y FECIC muestran su rechazo a la posible subida del IVA que se estudia en la anunciada reforma del sistema fiscal español, en la que muchos productos actualmente con el IVA reducido del 10% -como las carnes- pasarían a tributar con el IVA general del 21%.
Esta eventual subida tendría efectos desastrosos en el sector, ya que afectaría al consumo, frenando el inicio de la incipiente recuperación económica, cuya clave es precisamente el incremento del consumo privado. Y, además, ahondará en la diferencia ya existente entre alimentos, ya que un producto básico como las carnes se ha visto históricamente discriminado por la diferente tributación que se le ha venido aplicando frente a otros artículos de la cesta de la compra, como la leche, quesos o huevos, que tributan con el tipo superreducido del 4%. Y por otro lado, una subida del IVA podría tener consecuencias sobre la recaudación.
El sector cárnico es la cuarta industria española en importancia económica y dimensión, con una facturación de más de 16.000 millones de euros, la más importante con diferencia del sector alimentario español (el 20% del total), y presenta una balanza comercial impecable, con unas exportaciones en 2013 de 4.189 millones de euros y una tasa de cobertura del 356%, un dato que muy pocos sectores económicos relevantes pueden presentar, y que contribuye a paliar el tradicional déficit comercial de nuestro país. Además, el sector registra una notable estabilidad en el empleo en los últimos años, pese a la situación generalizada de crisis.
De la actividad de producción primaria (producción ganadera, producción agrícola destinada a la ganadería –cereales, materias primas-, producción de piensos, etc.). dependen en España, según la FAO, más de 2,5 millones de personas, de las que una parte muy relevante corresponde a la actividad relacionada con la cadena de producción cárnica.
El valor de la producción ganadera de porcino, vacuno y ovino (cerca de 10.000 millones de euros) supone más del 20% de la producción total en la renta agraria nacional.