La ponencia de Ernesto Reyes Moya, miembro del Consejo de la IFCN (Internacional Farm Compararison Network), ha sido la encargada de «romper el fuego» en la jornada que sobre el vacuno de leche se ha desarrollado en León dentro del proyecto Agrohorizonte 2020.
Este experto en eficiencia ganadera ha dejado claro que ante la perspectiva que se abre en el mercado europeo de la leche tras el final de las cuotas los ganaderos tienen «que reducir sus márgenes, para lograr estabilidad de precios», algo que pasa «ineludiblemente» por irse acercando a los valores que se pagan en el mercado mundial por este producto.
«34 euros por 100 kilos de leche es la cifra que, en opinión de ese experto, marca la balanza de rentabilidad de una explotación ganadera, asegurando que el tamaño crítico de cualquiera de ellas se sitúanen una producción anual de 250.000 litros por persona que trabaja en ella, eso se puede hacer con 20, con 30 o con 80 vacas… dependen de la labor que se realice con ellas». «En mi opinión, la base debe ser de 50 vacas para posteriormente ir creciendo a 70 y 100, incorporando mano de obra para cubrir ese umbral antes citado». «La tendencia general en Europea es ir hacia explotaciones que tengan más de 100 vacas así en los últimos años Alemania ha pasado de tener el 5% de las granjas con ese número al 40% actual, Gran Bretaña del 30% al 72% o Estados Unidos del 25% al 85%»
Reyes animó a los ganaderos de Castilla y León, que aseguró cuenta con una gran posibilidad con el final de las cuotas, al estar sus explotaciones preparadas a la nueva realidad del sector, a olvidarse de las ayudas de la PAC, evitando depender de ellas para que una explotación sea rentable o no. Un tema que es fundamental es el control de los factores de producción, buscando siempre la reducción de los mismos en especial lo que se refiere a la alimentación de los animales, reclamando un esfuerzo a los profesionales que se dedican a esta actividad para que traten de «autoabastecerse de forrajes» como aspecto fundamental para incrementar la rentabilidad de las explotaciones.
Además, este asesor señaló como el consumidor y la sociedad en general está reclamando que se produzca «de una forma sostenible, en un mundo que cada vez pide más alimentos, de tal forma que cada año la demanda mundial de productos lácteos está creciendo un 2,4%, lo que suponen 17 millones de toneladas más de leche cada año, siendo posible que, en 2020, los habitantes del mundo estén reclamando a los ganaderos de vacunos de leche que produzca 1.000 millones de toneladas cada 365, crecimiento que se va a concentrar en Latinoamérica, África, India y Pakistán, donde existen recursos naturales para hacerlo». «La Unión Europea mantiene una producción estable cada campaña, constreñido por las cuotas y sólo este año, por el final de las mismas, se ha ampliado un 4%, pero muy lejos de los datos que ofrecen Nueva Zelanda, Estados Unidos, China o La India»