[[{«fid»:»38486″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:548,»width»:764,»style»:»width: 450px; height: 323px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 5px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]La destrucción de empleo durante la crisis económica ha afectado a prácticamente todos los sectores económicos del país. El agroalimentario no ha sido menos y hasta bien entrado 2013 se fue reduciendo el número de efectivos ocupados en el sector, según refleja en un reciente informe Cajamar.
A finales de 2017 había ocupados en el sector agroalimentario español 1.345.800 personas, de las cuales un 56 % se englobaba en la rama de “agricultura, ganadería, caza y servicios relacionados” y un 35 % en la industria de los alimentos. El resto se repartían por la fabricación de bebidas (4 %), la pesca y acuicultura (3 %) y la silvicultura y explotaciones forestales (2 %).
La tendencia destructiva del empleo se rompió a finales de 2013 y desde entonces, aumenta la ocupación y disminuye la tasa de paro del sector. [[{«fid»:»38488″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:549,»width»:766,»style»:»width: 450px; height: 323px; border-width: 4px; border-style: solid; margin: 4px; float: right;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Sin embargo, ni la una ni la otra han logrado recuperar aún los niveles de 2008. Lo que sí se ha recuperado es el número de activos, por lo que el desfase en los parados es mayor que en los ocupados.
Por ramas de actividad la evolución ha sido dispar. La industria de los alimentos ya ocupa a más personas que a comienzos de 2008. Sin embargo, en la de pesca y acuicultura aún nos encontramos un 27 % por debajo del nivel inicial. Por sexos, los hombres ocupados superan en un 2 % a los iniciales, mientras que las mujeres se encuentran aún un 14 % por detrás.