La superficie de pistacho ecológico de Andalucía casi se ha cuadruplicado en los últimos dos años, incrementándose desde las 116 hectáreas de 2014 a más de 430 hectáreas en 2016 según los datos provisionales de que dispone la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Este cultivo se presenta como una alternativa de alta rentabilidad para los productores ecológicos que apuestan por la diversificación en sus explotaciones, ya que su precio de mercado es bastante elevado debido a la baja oferta de producción andaluza.
Por provincias, destaca especialmente Granada, que con más de 130 hectáreas en 2016, concentra el 30% del total de la superficie de pistacho ecológico de la Comunidad Autónoma. Sevilla suma 90 hectáreas (21%); Córdoba, 88 hectáreas (20,4%); Jaén, 85 hectáreas (casi 20%); Almería, 20 hectáreas (4,6%); Málaga, ocho hectáreas (1,8%); y Huelva, 7,6 hectáreas (1,7%).
El pistacho se encuentra, junto al aloe vera, la stevia y la lima, entre los cultivos ecológicos emergentes actualmente en Andalucía, y a ellos se suman otros productos que aún no tienen gran representatividad en el campo andaluz, pero cuyo futuro parece prometedor. Entre estos últimos alimentos se encuentran la quinoa, el kumquat y las trufas ecológicas.
Si bien se trata de cultivos con grandes diferencias, todos tienen en común el hecho de ser actividades económicas con una estrecha vinculación con el territorio donde se desarrollan y que aprovechan los recursos de la zona donde se ubican. Se trata, en definitiva, de sectores emergentes con un futuro empresarial con buenas perspectivas que puede llevar aparejada la generación de empleo en su zona de influencia, ya que la producción ecológica precisa de mayor mano de obra que las técnicas convencionales.
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