El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Universidad Politécnica de Valencia han suscrito un convenio de colaboración, publicado hoy, 21 de junio, en el BOE (https://www.agronewscastillayleon.com/sites/default/files/docs/legislation/boe-a-2018-8493.pdf), para la realización de un estudio de caracterización de las principales mieles monoflorales españolas, con el fin de contribuir al fomento de la producción, envasado y comercialización, así como su promoción en el ámbito nacional e internacional.
Para ello, los laboratorios de ambas instituciones realizarán los análisis necesarios para definir los parámetros físico-químicos, organolépticos, isotópicos y de perfiles característicos de las muestras recibidas, que caracterizan las principales mieles monoflorales españolas.
La recogida de muestras de mieles monoflorales y su análisis se realizará conforme a los protocolos aprobados por la Subdirección de Control y de Laboratorios Alimentarios de este Ministerio, con el fin de asegurar el origen y la integridad de las muestras recogidas y la uniformidad en la realización de los análisis.
ESPAÑA, PRINCIPAL PAÍS PRODUCTOR DE LA UE
Dentro de la Unión Europea, España es el primer país productor de miel, seguido de Rumanía, Hungría y Alemania. El valor de la producción mielera española es de unos 62 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 0,44% de la Producción Final Ganadera y el 0,17% de la Producción Final Agraria.
Asimismo, España es el país con un nivel más alto de profesionalización en el sector apícola. En concreto, el número de explotaciones en el periodo 2014-2016 ascendía a 23.473, lo que supone el 3,72% del censo total comunitario, de las cuales un 22,51% son profesionales, frente al 5,2% de media en el resto de la Unión.
Por Comunidades Autónomas, las mayores productoras de miel son Andalucía (21,4%), la Comunidad Valenciana (19,3%), Extremadura (15,4%) y Castilla y León (14%).
Además de su importancia económica, este sector aporta unos valores añadidos medioambientales de gran importancia, como son el mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad, a través de la polinización. También contribuyen a fijar población en el medio rural, al ser el medio de vida de muchas familias.