
Precios hundidos. Así asegura la organización UPA-UCE Extremadura que se encuentra el sector del maíz en la región extremeña. Precios provocados, a su juicio, por la «especulación» con los de los cereales y que se han traducido en un retroceso en la siembra de maíz en hasta un 12 por ciento.
A ello se ha añadido el siempre imprevisible factor climático que, para más inri, ha provocado que este cultivo de regadío, el más importante de la comunidad en extensión, coseche sus peores cifras de terreno sembrado, acuciado por las lluvias primaverales, las tormentas y los granizos. Resultado, pérdidas económicas por la bajada de precios estimada en 15 millones de euros y otros 16 por la no-siembra.
Desde la organización han pedido que se cree una ayuda excepcional para intentar aliviar la situación crítica que pasarán sus productores estos meses: “hay riesgo de sobrecargar el resto de cultivos, rompiendo el equilibrio que había hasta ahora” advierten.
EN DOS DATOS
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Las pérdidas totales en la campaña 2016 del maíz extremeño rondan en suma los 32 millones de euros, con un 12 por ciento menos de hectáreas sembradas.
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Los costes de producción del arroz están en más de 200 euros por hectárea mientras que su precio en el mercado está en 0,29 euros el kilo.
El arroz, por debajo del umbral de rentabilidad
Similar situación se vive en el arroz donde, además, las altas temperaturas han impedido una `polinización natural, arrastrando a una bajada de producción. Esta campaña los arroceros han experimentado un incremento en los costes de producción debido a los problemas para el control de malas hierbas por la resistencia de estas a la poca variedad de herbicidas disponibles: “Los agricultores tienen grandes limitaciones para usar determinados productos y pocas alternativas a los tratamientos aéreos, que están prohibidos” señala Ignacio Huertas, secretario de la organización agraria en Extremadura.
Por si fuera poco, las exportaciones de terceros a la UE sin aranceles y la congelación del precio del kilo de arroz hacen de esta situación toda una incógnita a la hora de saber los ingresos que percibirán sus agricultores. Por ello han solicitado que se active la denominada Cláusula de Salvaguardia que impide importar productos en época de comercialización cuando tienen éstos precios por debajo del nivel de rentabilidad.