Los precios mundiales de los alimentos bajaron ligeramente en noviembre, ya que el descenso de precios de los productos lácteos compensó un fuerte aumento en los del azúcar y aceites vegetales, según el último índice de precios de los alimentos de la FAO.
El índice tuvo un promedio de 175,8 puntos en noviembre, un 0,5 por ciento menos que el mes anterior, pero estaba aún un 2,3 por ciento más alto en comparación con un año antes.
La FAO revisó también al alza sus previsiones mundiales de cereales y espera ahora que los suministros mundiales lleguen a casi 3 331 millones de toneladas, un máximo histórico.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios
El descenso de noviembre estuvo provocado por una caída mensual del 4,9 por ciento en el índice de precios de los productos lácteos, bajando los de la mantequilla, queso y leche en polvo entera y desnatada.
Por el contrario, el índice de precios del azúcar de la FAO subió un 4,5 por ciento con carácter mensual, debido sobre todo a una caída en las exportaciones de Brasil y la inquietud de que la mayor firmeza de los precios del petróleo haga destinar más azúcar a la producción de etanol.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO subió igualmente un 1,2 por ciento, liderado por los aumentos del aceite de soja, mientras que los precios del aceite de palma disminuyeron, a causa de niveles de existencias más altos de lo esperado en Malasia.
El índice de precios de la carne de la FAO se mantuvo prácticamente invariable a medida que los precios de la carne de bovino subían y bajaban los de la carne de porcino.
Por su parte, el índice de precios de los cereales registró un pequeño aumento en noviembre, liderado por un incremento del 1,1 por ciento en las cotizaciones internacionales del arroz.
Mayor producción e inventarios de cereales
La FAO elevó notablemente su previsión para la producción mundial de cereales, hasta los 2 627 millones de toneladas, unos 13,4 millones de toneladas más respecto a las proyecciones de octubre, con la mayor parte del incremento derivado de estimaciones más altas sobre los rendimientos del maíz en EEUU y un notable aumento en las siembras de maíz en Indonesia.
La producción mundial de trigo se pronostica ahora en 754,8 millones de toneladas, mientras que la de arroz se prevé en 500,8 millones, ambas apenas por debajo de sus niveles récord de 2016.
Paralelamente, se espera que la utilización total mundial de cereales aumente en un 1,2 por ciento en la temporada 2017/18, llegando a 2 599 millones de toneladas, con más arroz y trigo destinados al consumo humano directo y más cereales secundarios para alimentar al ganado.
Los inventarios mundiales de cereales subirán hasta un nivel récord de 726 millones de toneladas, según la última proyección de la FAO. Se espera que las existencias mundiales de trigo y maíz alcancen también niveles récord.
Se calcula que las abundantes existencias elevarán el coeficiente entre existencias mundiales de cereales y utilización al 27,3 por ciento a fines de la temporada 2017/18, su nivel más alto en los últimos 16 años.