El pasado viernes 16 de febrero de 2018, el Ministro de Economía Bruno Le Maire, con el Ministro de Agricultura Stéphane Travert, lanzó oficialmente el proyecto «Impuestos agrícolas», en presencia de representantes agrícolas, una veintena de parlamentarios y representantes de administración tributaria.
Tras organizar una serie de encuentro con todas las partes del sector el objetivo es que el nuevo proyecto esté ya activo para 2019 e incluido en los presupuestos generales de ese año.
El objetivo es simplificar los impuestos agrícolas, hacerlos más justo y, sobre todo, hacer que sea una herramienta de gestión de riesgos más efectiva, aseguran desde el Ministerio de Agricultura galo.
Las organizaciones agrarias aseguran que necesitamos crear un sistema que vaya más allá del sistema de “Dotación para el Riesgo” la DPA, hasta convertirla en un fondo de reserva real, ayudando a los profesionales a gestionar mejor la volatilidad a través de la constitución de ahorros precautorios durante los «años buenos».
Específicamente, el DPA se limitó a 27,000 euros por período de 12 meses. La FNSEA desea reemplazar este techo fijo con un límite evolutivo de «20,000 € + 30% de la facturación» para tener en cuenta el tamaño de la operación. El sindicato mayoritario desea una obligación de ahorro limitada al 50% de las sumas deducidas.
Otra de las medidas que se plantean es la adaptación del impuesto de sociedades al sector agrícola, así como el desarrollo de unos incentivos fiscales que favorezcan la incorporación incidiendo especialmente en la compra o el arrendamiento de tierras, uno de los grandes problemas que siempre aparecen cuando se habla de la llegada de jóvenes al sector agrario.
