[[{«fid»:»42977″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:3509,»width»:2480,»style»:»width: 500px; height: 707px; border-width: 1px; border-style: solid; margin: 4px; float: right;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]El Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra ha ampliado las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos, desoyendo las reclamaciones de mayor rigurosidad y precisión en la delimitación de aquellas superficies verdaderamente afectadas o susceptibles de serlo por contaminación de nitratos en aguas subterráneas o superficiales, que desde UAGN, ANPROGAPORC y la UNION DE COOPERATIVAS AGROALIMENTARIAS DE NAVARRA han realizado.
En concreto en reuniones mantenidas con la Consejería entre enero y febrero de este año, se propuso ampliar los puntos de control para obtener un ajuste fino de la superficie afectada, realizar un diagnóstico sectorial de la producción de purines en porcino que delimite el impacto ambiental y determine el mismo en función de los modelos de gestión, así como una mayor profusión en la analítica de suelos para controlar en cualquier condición climática la presencia de nitratos.
Recientemente en el pasado Consejo Asesor Agrario, celebrado el 24 de octubre, esas organizaciones se encontraron con la norma publicada sin aviso y no obtuvieron respuesta desde la Consejería ante las peticiones realizadas de racionalizar la superficie afectada, con el objeto de establecer controles más eficaces que permitan identificar todas los focos de emisión para reducir desde el origen la contaminación por nitratos, con objeto de determinar adecuadamente dónde la escorrentía o filtración es más acusada y puede suponer un problema.
Si bien el programa de actuación (establece entre otras cuestiones dosis de fertilización máxima y épocas de aplicación) para las zonas vulnerables por nitratos de origen agrario permanece igual que hasta ahora, las explotaciones agrarias ubicadas en esta zona , estarán obligadas a llevar un cuaderno de explotación en el cual deben registrar los planes y prácticas de abonado según sus cultivos. Por tanto las inspecciones se pueden intensificar.
