El FEGA publica un informe sobre la aplicación del «greening» en España en las campañas 2015 y 2016

Agronews Castilla y León

5 de abril de 2017

El bienio de aplicación del “Greening” en España puede valorarse positivamente en términos medioambientales, aseguran desde el Fondo Español de Garantía Agraria, habiéndose consolidado en 2016 los efectos verificados el primer año de aplicación de esta ayuda, pues aunque los agricultores han declarado una mayor superficie de cereales en sus solicitudes de ayuda, sigue aumentando la superficie de leguminosas y se mantiene una superficie declarada de barbechos similar a la de 2015.

Continúa observándose en 2016 una evolución interesante respecto de la diversificación de cultivos, de lo que se deriva un avance en términos de biodiversidad y de la mejora del suelo, pues se ha determinado que 39.374 explotaciones de toda España han aumentado el número de cultivos distintos con respecto al año anterior, de las cuales 30.242 explotaciones (76,81 %) incrementaron un cultivo y 7.179 explotaciones (18,23 %) añadieron 2 cultivos con respecto al número de cultivos de que disponían el año anterior.

En la campaña 2016:
  • 216.904 agricultores están sujetos a una obligación del greening
  • 5.197 agricultores y ganaderos están exentos por realizar agricultura ecológica
  • 270.486 solicitantes de la PAC están exentos del greening por estar incluídos dentro del régimen de pequeños agricultores
  • 195.807 agricultores con menos de 10 ha exentos de la diversificación de cultivos (art. 44.1) y SIE 

En 2016, los datos estadísticos facilitados por las Comunidades Autónomas señalan que un total de 709.998 ha de cultivos fijadores de nitrógeno (CFN) se han utilizado por los agricultores para el cómputo del requisito de contar con un mínimo de un 5 % de Superficie de Interés Ecológico (SIE) en sus explotaciones, un dato casi idéntico al de la campaña anterior (711.241 ha). El mantenimiento de este nivel, como ya se indicó en el informe anterior, constituye un beneficio relevante para el medio ambiente, dado que supone una mejora de la biodiversidad y un avance en lo que se refiere a la reducción del uso de fertilizantes, teniendo en cuenta las cualidades agronómicas de este tipo de cultivos, y para los que se han adoptado, en cuanto a su producción, un conjunto de exigencias específicas en la normativa nacional para asegurar tanto su estado vegetativo como la necesaria rotación y el aprovechamiento que otros cultivos subsiguientes consiguen de las leguminosas.

Tal y como se preveía cuando España tuvo que tomar la decisión de elegir los tipos de cultivo que podrían ser contabilizados para cumplir con el requerido 5 % de SIE (barbecho, superficies forestadas, agrosilvicultura y cultivos fijadores de nitrógeno), en el primer año de aplicación del “Greening” los productores focalizaron el incremento de sus superficies cultivadas en determinados cultivos fijadores de nitrógeno (habas, veza, esparceta, titarros). También hay que tener en cuenta el hecho de que estos cultivos se benefician, a partir de la Reforma de la PAC, de una ayuda asociada voluntaria a los cultivos proteicos. En 2016, se observa con respecto a la campaña anterior un aumento de las superficies de alfalfa y esparceta, mientras que se ha reducido ligeramente la superficie cultivada de proteaginosas que pueden optar a la ayuda asociada para los cultivos proteicos y cuyo destino es la alimentación animal.

En el caso de los pastos permanentes, se ha producido en 2016 un aumento significativo de la superficie de aquellos que han sido designados como medioambientalmente sensibles en zona Natura 2000 y que ha supuesto un 21 % más que la que figuraba designada el año anterior. Según los datos más recientes, existe un total de 6.742.938 ha de pastos permanentes ubicados en zona Natura 2000, de los que se consideran medioambientalmente sensibles 2.492.436 ha.

Además de lo anterior, hay que tener en cuenta la relevancia en términos de biodiversidad de los barbechos sin producción, que son computables también a efectos de SIE, y de los que se han contabilizado un total de 969.662 ha, ligeramente por debajo de lo contabilizado en 2015 (975.494 ha).

Por otra parte, es necesario, aseguran desde el FEGA en el citado informe, hacer referencia a la importancia de los pastos permanentes como secuestradores de carbono y, por ende, a sus beneficios en relación con la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, como ya se ha indicado, en 2016 ha tenido lugar un notable aumento de la superficie de pastos permanentes medioambientalmente sensibles designados en zona Natura 2000, cuya vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión a otros usos ni su labranza, resulta esencial para el mantenimiento de estas superficies de gran valor, que constituye una práctica más a respetar para que los titulares de estos pastos puedan beneficiarse del pago del “Greening”.

En lo que se refiere al respeto de la práctica de mantenimiento de pastos permanentes, cabe señalar que, habiéndose calculado, a nivel nacional, la proporción de referencia (ratio) de los pastos permanentes declarados con respecto de la superficie total agrícola declarada, se ha comprobado que el ratio anual no ha disminuido más de un 5 % ni en 2015 ni en 2016.

En definitiva, desde el punto de vista medioambiental y de la mitigación del cambio climático, la aplicación de la ecologización, afirman desde el Fondo Español de Garantía Agraria, influye de manera favorable en la reducción de la erosión de los suelos españoles, al incidir en la mejora de la estructura de los mismos por la introducción de diferentes cultivos, evitando el monocultivo. Asimismo, se mejora el contenido de materia orgánica de los suelos, lo que redunda en una mayor capacidad de retención del agua, además de aumentar la biodiversidad, al introducir nuevas especies y variedades en las explotaciones.



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