Los sectores europeos de la carne de vacuno y ovino son uno de los pilares del patrimonio cultural y gastronómico europeo. Sin embargo, por una multitud de razones, nuestros sectores se han enfrentado a una disminución en la producción y están bajo una presión extrema debido al acceso al mercado otorgado a otros países y las iniciativas regulatorias de la UE.
Por un lado, la UE está implementando, bajo su Acuerdo Verde de la UE, una serie de iniciativas que podrían requerir una gran inversión a nivel de granja, está tratando activamente de alejar a las personas del consumo de carne roja a pesar de las recomendaciones nutricionales y no tiene un objetivo global. enfoque con respecto a las consideraciones ambientales. Mientras que, por otro lado, permite un aumento del acceso al mercado para los productos de nuestro sector de terceros países, independientemente de los métodos de producción en el extranjero. Esto nos deja en una situación desesperada en la que somos testigos de una pérdida de competitividad, una disminución de la producción y una fuga de sostenibilidad ignorada.
Por lo tanto, no sorprende que, en general, los sectores de la carne de vacuno y ovino de la UE no puedan aceptar más concesiones otorgadas a socios de terceros países en el contexto de las negociaciones comerciales. Nuestros agricultores sienten mucho los impactos acumulativos de los acuerdos comerciales y los enfrentan con mucha amargura, especialmente en un momento en el que constantemente se les pide que hagan e inviertan más para mejorar su producción.
Reciprocidad y normas
La raíz de esta amargura es la falta de reciprocidad y de posibilidad de imponer altos estándares europeos, especialmente en lo que respecta a la realidad en las explotaciones agrícolas de manera efectiva en comparación con nuestros socios de terceros países, al tiempo que se permite un mayor acceso al mercado. Por lo tanto, es lógico que nos opongamos a cualquier acceso adicional al mercado que perjudique aún más los ingresos de nuestros agricultores, ponga en peligro nuestra producción y desaliente las inversiones necesarias para mejorar la producción local europea. La soberanía alimentaria en la UE en materia de producción bovina y ovina es clave para que muchos de los ciudadanos demandados tengan seguridad alimentaria, calidad y proximidad; que al mismo tiempo garantice el empleo, la captura de carbono en los pastos, la protección de la biodiversidad, la gestión del paisaje y el patrimonio cultural.
Además, cualquier acceso a la cuota debe cumplir con el estándar europeo para la prohibición del uso de antibióticos como promotores del crecimiento tal como se establece en el acto delegado que desarrolla el artículo 118 del Reglamento 6/2019. En general, deben excluirse los animales tratados con productos no autorizados en la UE y los animales tratados con productos autorizados pero bajo controles menos rigurosos. El acceso al contingente debe estar sujeto al cumplimiento de las normas de transporte terrestre establecidas por el Reglamento UE 1/2005 en cuanto a duración y densidad.
Próxima revisión del bienestar animal
Los expertos en comercio de la UE y los negociadores deben considerar que se espera un nuevo paquete de propuestas sobre bienestar en la granja, bienestar en el transporte, bienestar en el momento de la matanza y etiquetado de bienestar para el otoño de 2023. Como se espera que esto aumente la carga para la UE ganaderos con respecto a inversiones adicionales, cualquier estándar de la UE no impuesto a terceros países (incluidos los ya implementados) que exportan carne de vacuno y ovino a la UE aumentará la ventaja competitiva frente a los productores de la UE.
Actualmente, a nivel de granja, no se impone ningún estándar de la legislación de bienestar animal en granja de la UE a los animales vivos o productos animales importados. Pero la diferencia de costes e inversiones en comparación con los productores de ganado de terceros países es esencialmente a nivel de explotación y es aquí donde los productores de la UE corren el mayor riesgo de competencia desleal. Además, induce a error a los consumidores que no necesariamente conocen la realidad de la producción en otros países.
Acceso al mercado y gestión de contingentes arancelarios
Con respecto a las negociaciones en curso y futuras, hay algunos aspectos de ambos sectores que deben considerarse cuidadosamente para aliviar la presión y evitar perturbaciones en el mercado.
Carne de oveja
- Una de las particularidades del sector de la carne de ovino en la UE es la estacionalidad del mercado: hay dos picos de precios, en Semana Santa y en Navidad. Los exportadores se aprovechan de eso e inundan el mercado en esos períodos con piernas de cordero. Tal vez una solución creativa sea aquella que permita la distribución de los contingentes arancelarios durante todo el año, preferiblemente mensualmente, para que nuestros productores también tengan la oportunidad de vender sus productos a un buen precio.
- Con el mismo espíritu, por el bien de los consumidores y los productores de la UE, sería necesaria una diferenciación entre productos frescos y congelados. Y sobre eso ahora tenemos un buen precedente con el acuerdo entre la UE y Nueva Zelanda (TRQ 65% congelado + 35% fresco/refrigerado).
Carne de res
- Para el sector de la carne de vacuno, sería necesario que la cuota del contingente arancelario fuera accesible únicamente a los cortes de carne de novillos o novillas criados exclusivamente en pastos.
- Un desglose del año en meses, identificando los valles (diciembre/enero) y picos (mayo) de producción.
- Protección de las líneas arancelarias más sensibles (exclusión de las líneas más sensibles para evitar importar solo cortes de alto valor; introducción de un arancel intracuota; fresco/congelado, deshuesado/con hueso).
- Implementación de licencias de importación gestionadas por la UE (o incluso por actores del sector europeo).
- El acceso a la cuota debería estar condicionado al cumplimiento de la norma europea para la identificación y seguimiento individual de los bovinos.
Además, considerando los flujos comerciales, tampoco se debe ignorar el impacto de los acuerdos comerciales bilaterales del Reino Unido. Estamos expuestos a una duplicación de los volúmenes de carne de ovino y vacuno que ingresan al mercado del Reino Unido luego del Brexit, ya que el Reino Unido acordó sus propios acuerdos comerciales con Australia y Nueva Zelanda. Esto limitará el acceso de la carne de la UE a los mercados del Reino Unido, pero también provocará potencialmente un desplazamiento de los productos del Reino Unido al mercado de la UE y la inestabilidad general del mercado.
El medio rural y el relevo generacional
La pérdida de competitividad en los sectores ovino y vacuno de la UE provocada por esta presión acumulativa tendrá un impacto importante en las economías rurales y su tejido social. La fragilidad de los sectores de rumiantes y su importancia para la vitalidad de las zonas rurales de la UE no deben pasarse por alto en las relaciones comerciales de la UE y las consideraciones de acceso al mercado. El sector agrícola de la UE en su conjunto se enfrenta a un desafío demográfico para el que el principal requisito previo es un sector que funcione y tenga un buen rendimiento.
La única forma de enfrentar el desafío de la renovación generacional es a través de la estabilidad de los ingresos, lo que es una señal positiva para atraer a las generaciones más jóvenes a la profesión agrícola. Más allá de la producción, es también a través de la dinámica de instalación que garantizaremos el mantenimiento de los equipamientos ambientales positivos, la captura de carbono en los pastos y praderas utilizados por los rumiantes, en definitiva, los bienes públicos generados por los jóvenes agricultores para la sociedad europea. ¡Todos estos elementos deben ser considerados en el marco de los acuerdos de libre comercio, de lo contrario los impactos negativos serán aún mayores!
michele boudoin Presidente del Grupo de Trabajo del Copa-Cogeca sobre Ovinos y Caprinos dominique fayel Presidente del Grupo de Trabajo del Copa-Cogeca sobre Carne de Vacuno y Ternera
