
El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), a través de su Departamento de Ciencia Animal, está liderando estudios pioneros para incorporar recursos locales como el guisante grano, el raspón de vid y la esparceta en la alimentación de terneros. Esta iniciativa tiene como objetivo reducir la dependencia de ingredientes importados, como la soja y el maíz, utilizados tradicionalmente en los piensos de cebo.
El cebo de terneros: pilar de la ganadería aragonesa
La producción de terneros en cebo es una de las actividades ganaderas más relevantes en Aragón, generando el 16,4% del valor de la producción final ganadera. La región cuenta con más de 2.000 cebaderos y una cabaña de más de 300.000 terneros, lo que la convierte en una pieza clave dentro del sector vacuno español. En el contexto de la Unión Europea, España ocupa un lugar destacado, solo superado por Francia y Alemania en términos de volumen de producción.
El modelo predominante se basa en la importación de animales jóvenes y su engorde intensivo en cebaderos, con una alimentación basada en piensos compuestos. Estos piensos contienen alrededor de un 90% de ingredientes concentrados, donde el maíz y la soja aportan energía y proteína, respectivamente.
Dependencia exterior y contexto internacional
Uno de los principales desafíos del sector es su alta dependencia de materias primas importadas. La mayoría del maíz y la soja que se utilizan en la formulación de piensos provienen de Estados Unidos y América Latina. En el escenario actual, marcado por tensiones comerciales entre la UE y Estados Unidos, existe el riesgo de la imposición de aranceles de hasta un 25% sobre estos productos, lo que encarecería considerablemente el coste de los piensos y reduciría los márgenes de rentabilidad de los ganaderos.
Ante esta situación, CITA apuesta por una ganadería más autosuficiente y resiliente, basada en el uso de ingredientes de proximidad que permitan reducir la huella ambiental y contribuir a la economía circular.
Proyecto LocalBeef: innovación al servicio del campo
Desde hace varios años, el equipo liderado por Mireia Blanco, investigadora del Departamento de Ciencia Animal del CITA, trabaja en el proyecto “Inclusión de recursos locales en dietas de cebo de vacuno: Biomarcadores de eficiencia y calidad” (LocalBeef). Este ambicioso estudio cuenta con la colaboración de los también investigadores del CITA Isabel Casasús, Margalida Joy, Sandra Lobón y Guillermo Ripoll, así como de los profesores de la Universitat de Lleida Daniel Villalba y Ester Molina.
El proyecto LocalBeef se centra en evaluar el impacto de distintos recursos agroalimentarios locales —como el raspón de vid, subproducto del sector vitivinícola, y la esparceta, una leguminosa forrajera— en el rendimiento productivo, la salud animal y la calidad de la carne de vacuno.
El guisante como ingrediente clave en la alimentación
Recientemente, el equipo del CITA ha publicado los resultados de un ensayo experimental realizado en la Finca Experimental La Garcipollera, donde se evaluó la incorporación de guisante grano en las dietas de cebo. El guisante, rico en proteína (alrededor del 23%) y almidón (aproximadamente 40%), se presenta como una alternativa viable tanto a la soja como al maíz.
Durante el estudio, se analizaron cuatro dietas con distintas proporciones de guisante (0%, 10%, 20% y 30%), y se midieron parámetros como:
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Rendimientos técnicos (ganancia media diaria, conversión alimenticia)
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Respuesta digestiva y metabólica
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Rentabilidad económica
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Calidad de la canal y de la carne
Resultados positivos y viabilidad económica
Los resultados fueron concluyentes: la inclusión de hasta un 30% de guisante en el concentrado no afectó negativamente al rendimiento técnico ni a la calidad del producto final. De hecho, en varios escenarios económicos simulados, el guisante demostró mejorar la rentabilidad de la alimentación de cebo, incluso sin tener en cuenta el posible aumento futuro del coste del maíz y la soja por aranceles.
Además, el uso del guisante contribuye a reducir la huella de carbono, al evitar transportes internacionales, y favorece la sostenibilidad del territorio, fomentando el cultivo de leguminosas adaptadas al clima aragonés.
Alineado con los objetivos de la UE
El estudio del CITA se enmarca en los objetivos de la Unión Europea de promover una autosuficiencia proteica, reducir la dependencia exterior y avanzar hacia modelos de producción agroalimentaria más sostenibles. Las políticas de la PAC 2023-2027 contemplan medidas de apoyo al cultivo de leguminosas y a la innovación tecnológica en la alimentación animal.
h2. Conclusiones: una vía prometedora para el futuro ganadero
La investigación del CITA demuestra que es posible reducir la dependencia de materias primas importadas sin sacrificar la productividad ni la calidad del producto. El uso del guisante como ingrediente principal en los piensos de cebo de terneros representa una solución innovadora y viable en términos técnicos, económicos y medioambientales.
Este tipo de investigaciones contribuyen a fortalecer el modelo ganadero aragonés, dotándolo de herramientas para afrontar los retos del futuro: la sostenibilidad, la eficiencia, la rentabilidad y la resiliencia ante las crisis internacionales.