
El aceite de oliva se ha convertido en el gran abanderado de las exportaciones agroalimentarias españolas, junto al vino, frutas y hortalizas, y carne de porcino. Según reciente estudio del Ministerio de Agricultura, durante el año 2014 el aceite de oliva fue el producto agroalimentario más importante en valor de las exportaciones españolas, y el cuarto del global de las ventas industriales españolas en el sector solo superados por las exportaciones de coches, barcos y material para barcos y medicamentos.
El valor total de las exportaciones españolas de aceite de oliva, gracias a una campaña de producción récord en la 2013/2014 por encima de las 1,8 millones de toneladas, se situó en los 2.728 millones de euros.
En los últimos diez años, las empresas y cooperativas productoras españolas del sector oleícola han sido capaces de triplicar las exportaciones de aceite de oliva desde las 295.000 toneladas de la campaña 1991/2000 a las más de 1,1 millones de toneladas en la 2013/2014. Durante estos años, el aceite de oliva español ha sido capaz de ganar importantes cuotas de mercados a los aceites de oliva virgen italianos en los grandes mercados internacionales de consumo como Estados Unidos, Brasil, México, Japón, Japón o Australia.
El 75% de las exportaciones de aceite de oliva tuvieron destino la UE, dentro de ella, Italia con el 45%. Destaca cada día más, EEUU con valores anuales en torno al 10%. Pese a los buenos datos exportadores, desde el Ministerio de Agricultura se insiste en la necesidad de potenciar las exportaciones de aceite de oliva envasado para generar mayor añadido en la cadena de valor ya que solo entre el 25/30% de las exportaciones totales de realizan envasadas y el resto a granel. Un gran porcentaje de estos últimos aceites de oliva va a parar a industriales y empresas italianas que luego lo colocan en mercados exteriores a precios muy superiores al pagado en origen en España.