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En una actuación sin precedentes, la Guardia Civil de Cantabria, a través de su Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), ha desentrañado el origen y propagación de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) que ha afectado gravemente al sector ganadero del norte de España. La operación, denominada «Rumia», ha culminado con la detención de tres individuos en Cantabria, acusados de pertenecer a un grupo criminal y de cometer delitos de daños, contra la salud pública y falsedad documental.
Impacto económico y sanitario: Un golpe duro para el sector
El brote de la EHE en Cantabria y su posterior expansión al norte peninsular ha supuesto un revés significativo para la economía regional, con pérdidas que superan los 3 millones de euros. Este cálculo incluye indemnizaciones por la muerte y tratamientos del ganado afectado, así como los costes derivados de la vacunación obligatoria para contener el brote.
La investigación destapa una trama de irresponsabilidad y fraude
El epicentro de la enfermedad de la EHE se localizó en una explotación ganadera del Valle de Miera, desde donde se extendió a otras zonas del norte de España, llegando incluso a traspasar fronteras hacia Francia. La investigación reveló prácticas irregulares por parte de los detenidos, incluido el movimiento de ganado sin la documentación preceptiva y el uso de medicamentos sin control veterinario adecuado, lo que facilitó la propagación de la enfermedad.
Coordinación internacional para frenar la EHE
Dada la trascendencia de este brote, que sobrepasó las fronteras nacionales, la Guardia Civil ha compartido información crucial con EUROPOL. Esta cooperación internacional es clave para entender la dimensión del problema y trabajar en soluciones conjuntas que prevengan futuros brotes de enfermedades transfronterizas.
Las consecuencias de la negligencia: Un desafío para la recuperación
La operación Rumia no solo ha permitido identificar a los responsables de esta crisis sanitaria sino que también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sector ganadero ante prácticas fraudulentas y negligentes. La rápida actuación de las autoridades ha evitado que la situación se agravara aún más, aunque el camino hacia la recuperación total será largo y requerirá de esfuerzos coordinados entre ganaderos, autoridades sanitarias y organismos internacionales.
La Guardia Civil, con el apoyo de la Fiscalía de Medio Ambiente de Cantabria y bajo la dirección del Juzgado de Instrucción nº 1 de Medio Cudeyo, continúa trabajando en la investigación, no descartándose nuevas actuaciones que contribuyan a erradicar completamente la amenaza y a reforzar las medidas de seguridad en el sector ganadero.