En los últimos años, el cultivo intensivo de aguacate ha experimentado un crecimiento exponencial en la costa tropical de Málaga y Granada, dos provincias españolas que se han convertido en el epicentro de la producción de este fruto tropical en Europa.
Ecologistas en Acción, una de las organizaciones ecologistas más influyentes de España, ha publicado la segunda edición de su informe titulado «El verdadero precio de los alimentos. La cara oculta de la agroindustria en la península ibérica», en el que se añade un nuevo capítulo sobre el impacto de este cultivo en dichas provincias. El informe pone de manifiesto cómo el modelo agrario hiperintensivo de aguacate, implantado en los últimos 15 años, está provocando una grave crisis socioambiental en la región.
Sobreexplotación de recursos hídricos y degradación del suelo
Uno de los principales problemas señalados por el informe es la sobreexplotación de los recursos hídricos. El cultivo de aguacate, altamente dependiente del agua, ha contribuido a la degradación de suelos y la erosión, mientras que la proliferación de plantaciones ilegales ha exacerbado la situación. Según el estudio, entre el 30 % y el 40 % de las 12.989,96 hectáreas de regadío en la comarca de la Axarquía en 2017 estaban dedicadas a plantaciones ilegales de aguacate.
Estas cifras continúan aumentando y, a día de hoy, el área de regadío ronda las 15.000 hectáreas, en su mayoría alimentadas por pozos clandestinos y aguas reutilizadas de manera ilícita. La expansión del aguacate ha crecido un 30 % en España desde 2018, lo que evidencia el impacto de este cultivo en la región.
Además de la presión sobre los acuíferos, los agricultores locales están sufriendo cortes de agua. En verano de 2023, los habitantes de la comarca llegaron a experimentar cortes de agua de hasta 12 horas diarias debido a la sobreexplotación de los recursos por parte de las grandes plantaciones de aguacate.
El regadío ilegal como acelerador de la crisis socioecológica
Uno de los factores que agrava esta crisis es la proliferación de regadíos ilegales, que permiten expandir el cultivo de aguacate sin respetar las normativas hídricas. La superficie de cultivo de aguacate sigue en aumento, a pesar de que España sufre sequías recurrentes debido al cambio climático. Según Ecologistas en Acción, la situación en la Axarquía es solo la punta del iceberg, ya que la expansión del aguacate es cada vez más frecuente en otras zonas como el Campo de Gibraltar.
El cultivo de aguacate necesita una cantidad considerable de agua: se calcula que se requieren 350,50 litros de agua por cada fruto. Este dato, recogido en el informe, pone en perspectiva la insostenibilidad del modelo, especialmente en áreas donde las precipitaciones son escasas y los recursos hídricos están bajo una enorme presión.
Un negocio lucrativo, pero con consecuencias sociales
El informe también destaca que, aunque el cultivo de aguacate ha supuesto un incremento en los precios del fruto, pasando de 1 euro/kilo en 2010 a 2,75 euros/kilo en 2020, los beneficios económicos no se distribuyen equitativamente. Las desigualdades sociales se han incrementado en las regiones productoras.
Municipios como Moclinejo, en la Axarquía, presentan una renta media anual de 7.972 euros por persona, mientras que en la costa granadina, en Albuñol, esta cifra es de 7.625 euros. Además, el modelo de cultivo intensivo emplea solo a una persona por cada cinco hectáreas de aguacates, en contraste con las 15 personas por cada cinco hectáreas que requieren los cultivos de hortalizas.
Esto evidencia que el cultivo de aguacate no solo no ha contribuido a mejorar las condiciones económicas de la población local, sino que ha aumentado la dependencia de grandes fondos de inversión y la precarización del empleo.
La degradación del suelo y los efectos climáticos
El impacto del aguacate no se limita al agotamiento de los recursos hídricos. La degradación del suelo es otro de los problemas más acuciantes. La deforestación de laderas para crear espacio para los cultivos y el uso de maquinaria pesada para mover la tierra ha provocado una grave erosión del suelo. Este proceso, agravado por las lluvias torrenciales, ha incrementado la lixiviación de nutrientes, lo que a su vez requiere una mayor cantidad de fertilizantes. Todo ello está creando un círculo vicioso que empeora la calidad de los suelos y refuerza el carácter intensivo de la agroindustria.
El modelo de producción de aguacate se expande
Aunque el informe se centra en las provincias de Málaga y Granada, el modelo de producción agroindustrial de aguacate está expandiéndose rápidamente por otras zonas de España. Ecologistas en Acción señala que la expansión del aguacate está alcanzando Cádiz, Huelva, Murcia, y Alicante, así como algunas regiones del Algarve en Portugal. En la provincia de Cádiz, el crecimiento del cultivo en el Campo de Gibraltar amenaza a los ecosistemas de la red Natura 2000 y está avanzando hacia áreas sensibles como La Janda.
La necesaria transformación hacia un modelo agroecológico
Frente a la expansión del aguacate y sus impactos negativos, Ecologistas en Acción hace un llamamiento a una transformación del modelo agroalimentario actual. La organización aboga por un enfoque agroecológico, que sea más sostenible, justo y local. Rafael Yus, portavoz de GENA-Ecologistas en Acción, subraya la importancia de diversificar los cultivos, utilizar variedades menos demandantes de agua y mejorar las técnicas de riego para minimizar el impacto ambiental.
El informe propone medidas inmediatas, como la eliminación de regadíos ilegales y la restauración de los terrenos afectados. A largo plazo, se sugiere un cambio estructural en el sistema agroalimentario, que fomente la producción sostenible y la protección de los recursos naturales, priorizando a los pequeños agricultores frente a las grandes explotaciones agroindustriales.
Enlace a la noticia y al informe en la web: www.ecologistasenaccion.org/322880
Enlace al vídeo de sensibilización: https://www.youtube.com/watch?v=Fz6GX9NKFQw