
El proyecto DRONSafe pretende demostrar que el empleo de drones en cultivos mediterráneos cumple con las exigencias medioambientales de la normativa europea.
El avance tecnológico en la agricultura ha permitido desarrollar herramientas más eficientes para mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental. Uno de los principales desafíos del sector es el control de plagas y enfermedades, donde la aplicación de productos fitosanitarios juega un papel crucial. En este contexto, el uso de drones para la fumigación se presenta como una solución innovadora que, sin embargo, enfrenta obstáculos técnicos y regulatorios en la Unión Europea.
Con el objetivo de superar estas barreras, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) participa en el Grupo Operativo DRONSafe, un proyecto que busca validar el uso de aeronaves no tripuladas para la aplicación de productos fitosanitarios en cultivos mediterráneos. Este programa se enmarca dentro de la estrategia europea de uso sostenible de productos fitosanitarios y tiene como objetivo principal demostrar que el uso de drones agrícolas reduce la exposición a materias activas y minimiza el impacto ambiental.
Una iniciativa con alcance nacional
El Grupo Operativo DRONSafe cuenta con la participación de entidades de distintas regiones de España, como Extremadura, Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco y Castilla y León. La Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) lidera la parte técnica del consorcio, en el que también están involucrados:
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Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario (CTAEX) (coordinación administrativa).
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Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC).
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AVA-ASAJA, como usuario final en la Comunidad Valenciana.
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Unión Agroganadera de Álava-Arabako Nekazarien Elkartea (UAGA), usuario en el País Vasco.
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Bodega Cuatro Rayas Sociedad Cooperativa Agroalimentaria, usuario en Castilla y León.
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FTS AgroConsulting, empresa reconocida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) para la realización de ensayos con productos fitosanitarios.
Además, el grupo cuenta con el respaldo técnico del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER-BRTA), la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).
Primeras pruebas en la Comunidad Valenciana
Las primeras experiencias del proyecto se han llevado a cabo en la Finca Sinyent de AVA-ASAJA, uno de los living-labs donde se estudia la aplicación de drones en cultivos de cítricos, viñedos y patatas. Este enfoque innovador busca generar datos reales sobre la eficacia y seguridad de estas aplicaciones en escenarios agrícolas típicos de la región mediterránea.
El uso de drones agrícolas no es una idea nueva, pero su regulación en la Unión Europea es estricta. Actualmente, la legislación permite su uso solo si se demuestra que presentan menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente en comparación con otros métodos de aplicación aérea y terrestre. La clave del proyecto DRONSafe es precisamente generar evidencia científica que respalde la seguridad y eficacia de estos dispositivos.
Evaluación de riesgos y beneficios
El proyecto no solo estudia la eficacia del uso de drones en la aplicación de fitosanitarios, sino que también analiza sus efectos en diversos escenarios. Entre las principales áreas de evaluación se encuentran:
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Deriva ambiental: se mide la dispersión de productos fitosanitarios fuera del área objetivo.
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Seguridad del operador y transeúntes: se evalúa el impacto de los productos en la salud de quienes trabajan en el campo y de quienes transitan por la zona.
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Exposición dietaria a residuos: se analiza la cantidad de residuos de fitosanitarios que pueden permanecer en los productos agrícolas destinados al consumo humano.
El objetivo es validar que el uso de drones en la fumigación agrícola reduce la cantidad de productos fitosanitarios empleados y mejora la precisión en la aplicación, lo que minimiza el impacto ambiental y los riesgos para la salud.
Una oportunidad en el marco legislativo europeo
La regulación actual de la Unión Europea establece que la fumigación con drones solo puede ser autorizada si se demuestra que su impacto es menor que el de otros métodos de aplicación aérea y terrestre. Sin embargo, las perspectivas están cambiando.
En Francia, por ejemplo, la Asamblea Nacional ha aprobado recientemente una legislación que permite el uso de drones en determinados cultivos, como el plátano y algunos viñedos, cuando el terreno tenga una pendiente superior al 20%. Esta decisión podría sentar un precedente y abrir la puerta a una regulación más flexible en otros países europeos.
El trabajo del Grupo Operativo DRONSafe podría contribuir a generar la evidencia necesaria para que España adopte medidas similares. De confirmarse los beneficios del uso de drones en agricultura, estos dispositivos podrían convertirse en una herramienta clave para mejorar la competitividad del sector agrícola español.
Conclusión: un paso hacia la modernización del sector agrícola
El avance de la agricultura de precisión ha traído consigo la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías que optimicen el uso de recursos y reduzcan el impacto ambiental. En este sentido, el uso de drones en la aplicación de fitosanitarios es una de las soluciones más prometedoras.
El proyecto DRONSafe representa un paso fundamental en la modernización de la agricultura mediterránea, combinando innovación tecnológica, sostenibilidad y seguridad. A medida que avancen las pruebas y se obtengan resultados concluyentes, el sector agrícola podría beneficiarse de una herramienta más eficiente para el control de plagas y enfermedades, contribuyendo a una producción más respetuosa con el medioambiente y la salud pública.