En Castilla y León se han sembrado este año en torno a 25.000 hectáreas de remolacha y las cultivan 3.300 agricultores. El 22 de este mes abre la campaña la cooperativa Acor (Olmedo, Valladolid), a partir del 23, comenzará la recepción de esta raíz en las plantas de Azucarera en Miranda de Ebro (Burgos) y Toro (Zamora) y, alrededor de mediados de noviembre lo hará la leonesa de La Bañeza. Un cultivo que ya no es lo que era en nuestra comunidad autónoma (antes de la OCM del azúcar en 2006, se sembraban más de 53.000), pero que puede volver a crecer. Así lo cree el presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, que considera que se puede aumentar las hectáreas sembradas hasta las 30.000. Ese crecimiento “lo decidirá la futura PAC y el precio internacional del azúcar” porque, “para que se siga sembrando, las fábricas tienen que pagar un precio digno a la remolacha y, además, hay que contar -como ahora- con casi 1.000 euros por hectárea de ayudas” de la PAC, “si estas circunstancias se dan, se mantendrá el cultivo, si no, irán bajando las hectáreas y se pasarán a otros cultivos”.
En el sector remolachero hay incertidumbre después de conocer la intención de Azucarera de vincular el precio que paga al agricultor, al del azúcar en el mercado mundial, aunque esta compañía no ha realizado ninguna comunicación oficial respecto a ese extremo. Hace tan solo unos días, se celebró la la Mesa de la Zona Norte en la que la compañía y las organizaciones agrarias fijaron las fechas de apertura de las plantas, tras analizar la situación en la que se encuentra la raíz, y en ese encuentro, resalta Dujo, Azucarera no ha comunicado nada a los representantes del sector.
Se trata, añade, de “comentarios desacertados” porque, cree que la multinacional sabe que “por debajo de los precios de hoy con ayudas (en torno a 42 euros por tonelada), no se puede pagar porque al agricultor no le salen las cuentas”, por eso pide a Azucarera que “si tiene que recortar de alguno sitio, que lo haga de sus ingresos o que haga más modernas y funcionales sus fábricas, para que le sea mas rentable” y es muy claro, “ni Asaja ni los cultivadores van a aceptar reducción del precio de la remolacha porque no salen las cuentas”.
Y si las cuentas no salen, hay otros cultivos por los que podrían apostar los agricultores que hoy tienen a la remolacha incluida en su rotación, Donaciajo Dujo pide que “no se apriete más al agricultor” para que no tenga que tomar la decisión de dejar este cultivo porque, como insiste cada vez que habla de remolacha: “el que la deja de sembrar un año, ya no vuelve a hacerlo”. Es momento de “no poner palos en las ruedas y empujar todos para que la remolacha tenga futuro en Castilla y León”. Dujo zanja el tema con una frase muy clara: “bien sabe Azucarera que si baja el precio se queda sin remolacha”, por ello confía en que no “tenga ni la intención de ponerlo encima de la mesa”.
La situación del cultivo
En la Mesa de la Zona Norte de Azucarera se habló del problema de los neocotinoides, del arranque, los aforos, Aimcra y el inicio de la campaña en cada fábrica. La remolacha en Castilla y León está en dos situaciones distintas, “la que se sembró pronto está mejor, con mas producción y la que se sembró más tarde, tiene menor producción , además ha habido enfermedades, “en casos puntuales”, que han mermado la producción. Un cultivo que ahora necesita lluvias para mejorar la rentabilidad y dar “buenos resultados”.
La remolacha, recuerda Dujo, es el cultivo “más rentable de regadío”, pero tiene inconvenientes como una mayor inversión, más cuidados y más trabajo.
