Un proyecto del IFAPA en Granada identifica variedades adaptadas al clima andaluz

Andalucía explora el cultivo de lúpulo para impulsar una industria cervecera de proximidad con identidad regional

Agronews Castilla y León

17 de junio de 2025

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El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), en colaboración con el sector cervecero artesanal andaluz y otras entidades públicas y privadas, ha iniciado un ambicioso proyecto de investigación para evaluar la viabilidad del cultivo de lúpulo en Andalucía, con el objetivo de abastecer a la creciente demanda de cervezas artesanales e industriales con un ingrediente de proximidad, de calidad diferenciada y adaptado al territorio.

La iniciativa, que se desarrolla en el centro IFAPA Camino de Purchil (Granada), representa un paso pionero hacia la diversificación agrícola y la soberanía en la cadena de producción cervecera en el sur peninsular. La delegada territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Granada, María del Carmen Reyes, y la directora del centro, María Ángeles Álvarez, presidieron la jornada técnica que presentó los primeros resultados del proyecto, combinando conocimiento científico, cata de producto y experiencias de campo.

La oportunidad de un lúpulo andaluzlupulo

Actualmente, más del 90% del lúpulo que se cultiva en España proviene de la provincia de León, región con una tradición consolidada y condiciones óptimas para este cultivo. Sin embargo, esta producción no cubre la demanda del sector cervecero español, que debe recurrir a importaciones de extractos y pellets de lúpulo de países como Alemania, Estados Unidos o República Checa. Esta situación genera dependencia exterior y puede afectar negativamente a las propiedades sensoriales del producto final.

Frente a ello, la adaptación del lúpulo a condiciones andaluzas se plantea como una alternativa viable, tanto para abastecer a las cerveceras industriales asentadas en la región como para fortalecer el movimiento de cervezas artesanas, cada vez más interesado en el uso de ingredientes locales que aporten carácter y diferenciación.

El crecimiento sostenido del consumo de cerveza, unido al auge de la producción artesanal y a las nuevas preferencias del consumidor por productos de cercanía y con trazabilidad, ha impulsado esta línea de trabajo, cofinanciada por fondos europeos FEDER.

Durante la jornada celebrada en el IFAPA de Granada, los asistentes —entre los que se encontraban técnicos, investigadores, cerveceros, agricultores y expertos del sector— pudieron conocer de primera mano los ensayos experimentales que se están llevando a cabo en la finca del centro Camino de Purchil, ubicada en las cercanías de la Sierra Nevada.

La investigadora María Teresa Soriano fue la encargada de abrir la sesión con una presentación detallada del proyecto. En ella explicó cómo se están evaluando diferentes variedades de lúpulo en términos de rendimiento, adaptación agronómica, contenido en alfa-ácidos (clave en el amargor de la cerveza) y perfil aromático.

Posteriormente, el investigador Francisco Javier López, junto con el profesor de la Universidad de Granada Eloy Navarro, guiaron una visita técnica a los cultivos en campo, donde compartieron los principales resultados obtenidos hasta la fecha. Los ensayos revelan una buena adaptación de determinadas variedades al clima andaluz, así como un potencial significativo para lograr un lúpulo de calidad cervecera, con perfiles aromáticos únicos.lupulo

Uno de los momentos más simbólicos de la jornada fue la cata de la primera cerveza experimental elaborada con lúpulo andaluz, fruto de la colaboración entre IFAPA y la cervecera artesanal Cervezas Bandolera, con sede en Córdoba. Esta cerveza, maridada con quesos de cabra andaluces seleccionados por el proyecto Invalac, demostró que es posible obtener un producto de proximidad con matices propios, aromas intensos y un marcado carácter regional.

Luis Navarro y Rafael Sánchez, de Cervezas Bandolera, compartieron su experiencia en el uso del lúpulo andaluz, destacando su perfil fresco y floral, así como la mejora sensorial obtenida al utilizar la flor seca recién cosechada, sin pasar por procesos de peletizado ni almacenamiento prolongado. Esta práctica, afirman, potencia los aceites esenciales del lúpulo, lo que se traduce en una cerveza más aromática y viva.

La jornada también contó con la participación de agricultores procedentes de León, quienes compartieron su experiencia y conocimientos sobre el manejo del cultivo en la principal comarca productora española. Su testimonio resultó clave para identificar buenas prácticas que podrían adaptarse a las condiciones andaluzas, así como para conocer de primera mano los retos comerciales y logísticos del sector.

Por su parte, el director de desarrollo de cebadas en Intermalta, Rafael Eraso, ofreció una ponencia sobre el cultivo de cebada cervecera, sus variedades y su comercialización. Andalucía es ya un importante productor de cebada, y la posibilidad de sumar a esto un lúpulo local genera un marco de oportunidad para una producción cervecera íntegramente andaluza.

Los responsables del IFAPA destacaron que este proyecto se enmarca en una estrategia más amplia para mejorar la resiliencia del sistema agroalimentario andaluz, diversificar cultivos, apoyar la innovación agraria y favorecer el relevo generacional mediante nuevos nichos de mercado.

Más allá del aspecto económico, el proyecto tiene un claro componente ambiental y territorial. La posibilidad de sustituir importaciones de lúpulo por producción local contribuye a reducir la huella de carbono del proceso cervecero, además de fomentar un modelo agroindustrial más sostenible, con raíces en el territorio.

Asimismo, se pone en valor la biodiversidad genética existente en Andalucía. Investigadores del IFAPA han identificado presencia de lúpulo silvestre en márgenes de ríos y zonas húmedas, lo que abre la posibilidad de desarrollar material vegetal autóctono con cualidades únicas, capaces de reforzar la identidad de las cervezas andaluzas.

En este sentido, la directora del centro IFAPA Camino de Purchil subrayó que el trabajo de investigación iniciado en 2022 seguirá avanzando en los próximos años, con nuevas fases de análisis y mejora del cultivo. «Estamos construyendo una alternativa real, sostenible y viable para el campo andaluz y para la industria cervecera», afirmó María Ángeles Álvarez.1

El proyecto de adaptación del lúpulo al clima andaluz no solo representa una innovación agronómica; también abre la puerta a una revolución cultural y gastronómica, en la que las cervezas elaboradas en Andalucía puedan expresar, en aroma y sabor, la identidad del territorio.

Con una estrategia basada en el conocimiento científico, la transferencia tecnológica y la colaboración entre investigación, producción y transformación, Andalucía se posiciona para ser referente en cervezas de kilómetro cero, sostenibles, de calidad y con carácter.

La primera cerveza experimental con lúpulo andaluz ya es una realidad. El reto ahora es convertir esta experiencia en una oportunidad de desarrollo para el campo andaluz, la industria agroalimentaria y la cultura cervecera de proximidad.



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