Cultivo de la oleaginosa Camelina: del campo a biocombustible para aviones

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La camelina (Camelina sativa) es un herbáceo perteneciente a la familia Brassicaceae (caso de la col, el brócoli, la col lombarda, de Bruselas, el rábano, el nabo…) nativa de Europa del Norte y Asia Central, aunque con una adaptación más que contrastada ya para las zonas del Sudeste de Europa, pues tiene una alta tolerancia a climas semiáridos.

Se trata de un cultivo especial, ya que se erige como un herbáceo alternativo al monocultivo de cereales de secano y, lo más importante, además de para la alimentación, tiene la característica de que su producto y subproductos pueden ser aprovechados de manera eficiente y sostenible, comúnmente para generar biocombustible. Esta oleaginosa se ha destapado como una alternativa de rentabilidad interesante para los agricultores de cereal, que pueden plantarla como cultivo de rotación con el cereal tradicional y con la ventaja de favorecer la preservación del medioambiente y beneficiarse de ayudas de la PAC.

Estas son algunas de sus características:

  • Planta anual o bienal ramificada desde la base.
  • Con una raíz pivotante, presenta flores amarillas y una altura que oscila entre los 70 cm y 1 metro.
  • Fruto formado por vainas que van de los 7 a los 9 milímetros de largo, conteniendo de 8 a 16 semillas de 1,5 mm de largo.
  • Resistente a condiciones de baja pluviometría (< 250 mm).

Propiedades

A pesar de que en España este cultivo, concebido para aprovechar su aceite vegetal, no está aún muy extendido, el uso por el que es más conocido es como carburante biodiésel, además de utilizarse también como cosmético para la piel en razón de las altas concentraciones en ácidos grasos instaurados que presenta.

Esta oleaginosa se ha destapado como una alternativa de rentabilidad interesante para los agricultores de cereal, que pueden plantarla como cultivo de rotación con el cereal tradicional y con la ventaja de favorecer la preservación del medioambiente y beneficiarse de ayudas de la PAC

Y, por supuesto, aunque en menor medida, en el ámbito alimenticio consumido, destacando sus propiedades beneficiosas derivadas de la presencia de las vitaminas E, D, K, A y del grupo B, algunas de ellas antioxidantes.

En el caso de la vitamina E, por ejemplo, ayuda a prevenir: el cáncer, alzhéimer, enfermedades del corazón y la artritis reumatoide. También actúa sobre los radicales libres e interviene en la cicatrización de heridas.

Paralelamente, reduce los niveles de glucosa en personas diabéticas, disminuye el riesgo de formación de cataratas y fortalece el sistema inmune, entre otras propiedades.

Características del cultivo

Según Camelina Company, empresa española con sede en Madrid y una de las grandes responsables de introducir este cultivo en España al controlar desde la producción a la venta, pasando por el asesoramiento a agricultores y la compra de la propia cosecha; la camelina sativa es un cultivo idóneo para plantarse en rotación con otros cereales tales como el trigo, soja, maíz y otros extensivos.

Y es que permite a los agricultores usarla como alternativa a los cultivos de cubierta tradicionales, además de que se puede sembrar entres estaciones (invierno, primavera o verano).

Además, permite cultivarla en superficies de barbecho, derivando en una doble vertiente positiva: aumentar su rentabilidad y favoreciendo la preservación del medioambiente, puesto que la camelina, como cultivo resistente a las sequías, es capaz de reducir hasta en un 80 % la emisión de gases de efecto invernadero.

Pero las ventajas continúan, y además de un sencillo manejo agronómico según las experiencias ya con cierto recorrido en territorio español registradas por Camelia Company, hay que sumar:

  • Absorción de nitrógeno: un estudio del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) realizado en 2018 demostró que la camelina presentaba los niveles más bajos de nitrato a 30, 60 y 100 centímetros en comparación con el laboreo convencional, el no laboreo y otros cultivos cubierta como el rábano, el centeno y el pennycress.
  • Beneficios para las abejas: al ser también una especie melífera, que proporciona una fuente de néctar y polen a las abejas en un momento crítico del año, otro estudio del USDA confirmó que la camelina obtuvo las mejores calificaciones generales en comparación con la colza y el pennycress, debido a su óptima combinación de rasgos agronómicos.
  • Tolerancia a plagas: no se le atribuye el padecimiento de una enfermedad concreta, como es el caso de las comunes entre la familia de las Brassicas oleaginosas. Este fenómeno se atribuye a la producción de compuestos antimicrobianos en las raíces, como las fitoanticipinas y la fitoalexinas (camalexina y metoxicamalexina).

Rendimiento y rentabilidad

La camelina es paradigma de la agricultura de conservación en España y poco a poco se está abriendo paso en las rotaciones de los cereales del centro peninsular.

Además de sus claros beneficios medioambientales, el hecho de que lleve aparejado un requerimiento moderado de insumos agrícolas hace que su coste productivo sea mucho menor al de los cereales (no hay que comprar maquinaria, ya que se puede utilizar la misma) y otras variedades de oleaginosas, de las que también se puede aprovechar su aceite.

Su alta rentabilidad ha hecho que este cultivo de secano presente en 2022, y según datos provisionales, un total de 2.411 hectáreas cultivadas en España, casi la mitad en Castilla y León.

Según resultados del proyecto Camepro-Gop Green Camelina, dirigido la introducción en rotación del cultivo de esta planta en España con el fin de aprovechar productos y subproductos de manera eficiente y sostenible, en la zona de la Comunidad de Madrid demuestran que se encuentra en el orden de los 1.000kg/ha, a partir de una densidad de siembra de 8kg/ha – 10kg/ha. Se trata, por tanto, de un rendimiento notable. Similar, en algunos casos al de cereales de secano.

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El nuevo biocombustible para aviones

El uso de biocombustible para aviación a base de camelina reduce hasta un 66 % la emisión de gases de efecto invernadero respecto a los combustibles fósiles, según los datos de una investigación desarrollada dentro del proyecto Itaka, idea que fuera puesta en marcha por la sociedad española Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA) tras el acuerdo entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el de Fomento y el de Industria, Turismo y Comercio junto con el Observatorio de Sostenibilidad en Aviación (OSA).

Y es que en este proyecto se decidieron por el aceite de camelina debido a su potencial como materia prima que puede producirse de manera sostenible en Europa, sin competir con otros cultivos o usos del suelo, ya que se produce en tierras áridas en las que no pueden prosperar otros tipos de cultivos.

Así, durante los años de desarrollo de Itaka, se recurrió a cuatro plantaciones de camelina de España y varias de menor tamaño de Rumanía.

Ya se han realizado diversos vuelos con bioqueroseno a partir de aceite de camelina. Entre ellos, un vuelo comercial de Iberia en octubre de 2011, un Airbus 320 que realizó el trayecto entre Madrid y Barcelona empleando como carburante una mezcla de un 25 % de biocombustible y de un 75 % de queroseno tradicional.

* Francisco Maturana Gestor de Contenidos en Plataforma Tierra.


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