La polémica sobre la venta de cítricos importados ha alcanzado un nuevo nivel. LA UNIÓ Llauradora ha denunciado la venta de naranjas importadas de Sudáfrica en tiendas de El Corte Inglés , coincidiendo con el inicio de la temporada de recolección de las naranjas valencianas. Este hecho, considerado intolerable por parte del secretario general de la organización, Carles Peris , ha generado críticas en un momento en el que la producción local garantiza el suministro y la calidad en el mercado interno.
Las naranjas sudafricanas, que vende El Corte Inglés, recorren más de 13.000 kilómetros
El grupo que comercializa estas naranjas es el Grupo Llusar Torres , una marca tradicionalmente reconocida por su calidad en cítricos y su fuerte vínculo con la Comunidad Valenciana. Sin embargo, tras la fusión de Frutas Llusar de Xilxes y Naranjas Torres de Almenara , el grupo pasó a manos de un fondo de inversión, cuyos intereses comerciales están ahora, según Peris, desligados del compromiso con el territorio.
Las naranjas sudafricanas están recorriendo más de 13.000 kilómetros para llegar a los consumidores locales, mientras que las naranjas valencianas están en plena campaña de recolección, con el suministro asegurado y sin necesidad de depender de la importación.
El coste de las naranjas sudafricanas y el impacto en el consumidor
El precio de las naranjas sudafricanas en El Corte Inglés es elevado . Hasta hoy, estas naranjas están disponibles en promoción a 2,99 euros el kilogramo , pero a partir de mañana subirán a 3,56 euros el kilogramo . Este incremento en el precio contrasta con el bajo costo que deben tener las naranjas locales, que además ofrecen beneficios como frescura y menor impacto ambiental . Desde LA UNIÓ Llauradora , se insiste en que este precio más elevado no está respaldado por una mejora en la calidad del producto, sino que, por el contrario, presenta riesgos fitosanitarios y una elevada huella de carbono .
Aumento de los riesgos fitosanitarios con importaciones de países terceros
Uno de los principales argumentos de LA UNIÓ en contra de las importaciones de naranjas de Sudáfrica es el riesgo fitosanitario . Los cítricos importados de Sudáfrica y Zimbabue han presentado, en múltiples ocasiones, problemas de sanidad vegetal, detectados a través del sistema Europhyt de la Unión Europea . En el mes de octubre, se interceptaron varios lotes de estos cítricos debido a la presencia de Mancha Negra (Phyllosticta citricarpa) y Falsa Polilla (Thaumatotibia leucotreta) . Estas plagas son especialmente peligrosas para los cultivos de cítricos europeos, ya que pueden afectar de forma masiva las plantaciones si no se controlan adecuadamente.
Interceptaciones de lotes de cítricos y rechazos por fitosanidad
Hasta la fecha, Sudáfrica ha acumulado 32 rechazos por parte de la Unión Europea en lo que va de año, mientras que Zimbabue cuenta con 11 lotes rechazados y Brasil lidera con 80 rechazos debido a problemas similares. Carles Peris exige medidas más contundentes para proteger el mercado y los cultivos locales , argumentando que es necesario cerrar las fronteras a los países que no ofrezcan garantías fitosanitarias. Según Peris, la falta de controles adecuados en estos países es una amenaza directa para la producción europea y supone una carga adicional para los agricultores locales que cumplen con estrictas normativas de control de plagas.
Modificación en el Acuerdo de Asociación entre la UE y Sudáfrica y sus consecuencias
Otro aspecto que ha sido objeto de crítica por parte de LA UNIÓ es la reciente modificación en el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Sudáfrica . Este cambio, que permite la importación de naranjas sudafricanas sin arancel desde el 15 de octubre hasta el 30 de noviembre , ha incrementado el volumen de cítricos en el mercado y ha causado distorsiones importantes en los precios .
Aunque esta medida fue implementada con el objetivo de liberalizar el comercio, desde LA UNIÓ Llauradora se considera que ha perjudicado gravemente a los productores europeos . Según Peris, “es fundamental restablecer el marco comercial anterior y limitar las importaciones sudafricanas al 15 de octubre para las naranjas y al 15 de septiembre para las mandarinas”.
Impacto ambiental de las importaciones y el llamado a una mayor sostenibilidad
El argumento de Carles Peris sobre la sostenibilidad de los productos locales frente a las importaciones ha cobrado fuerza debido a la actual preocupación por la huella de carbono . El transporte de estas naranjas desde Sudáfrica implica emisiones significativas de dióxido de carbono , lo cual es contradictorio con los objetivos medioambientales de la Unión Europea.
En un contexto donde la sostenibilidad es una prioridad , las importaciones masivas de productos que se producen en abundancia a nivel local son vistas como una amenaza para el medio ambiente y una decisión que va en contra del objetivo de minimizar el impacto ecológico de la cadena alimentaria.
La necesidad de un cambio en la política de importación
Para LA UNIÓ Llauradora , la situación actual exige un cambio en la política de importación de la Unión Europea en lo que respeta a los cítricos. A través de una revisión del Acuerdo de Asociación con Sudáfrica , se podría establecer un marco más equilibrado que favorezca a los productores europeos y que contribuya a la estabilidad del mercado local.
Además, se requiere mayor control y vigilancia fitosanitaria para las importaciones de países que han registrado múltiples incidentes. Para Carles Peris , la solución pasa por imponer limitaciones claras en las fechas de importación y aplicar medidas adicionales para evitar la entrada de productos potencialmente peligrosos.
Conclusión: La defensa de la producción local frente a los intereses comerciales
En conclusión, LA UNIÓ Llauradora reitera su compromiso en la defensa de la producción local de cítricos y subraya la necesidad de que las instituciones prioricen la calidad y la sostenibilidad de los productos en el mercado europeo.
Carles Peris insiste en la urgencia de proteger el sector citrícola valenciano frente a la competencia de países terceros que no cumplen con los mismos estándares de calidad y sostenibilidad. Esta situación, que afecta tanto a la economía local como al medio ambiente , requiere una respuesta decidida y el respaldo de políticas que fomentan el consumo de productos de proximidad y la reducción de la huella de carbono.