Es, sin lugar a duda, una de las enfermedades que más afecta a los perros, y aunque en menor medida también a los gatos, estamos hablando de la artrosis, muchas veces silenciosas pero que, según diferentes estadísticas, llega a afectar al 20% de los canes que antes de cumplir el año de edad ya presentan distintos trastornos articulares, porcentaje que se eleva hasta el 95% de los casos cuando el tramo de edad se eleva hasta los cinco años.
Los principales síntomas de esta dolencia hay que buscarlos en cojeras, la negación a dar paseos, la falta de movilidad, complicaciones a la hora de levantarse o la rigidez a la hora de despertarse.
Muy en paralelo a lo que ha sucedido con la medicina humana y beneficiándose de sus investigaciones y resultados, poco a poco, han ido apareciendo en el mercado distintos productos que buscan aliviar esta situación, siempre desde la base de que estamos hablando de complementos alimenticios, no de medicamentos, con las ventajas en el tratamiento que esto supone, nos referimos a los “condroprotectores para perros”.
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Aquí es especialmente importante destacar que, aunque en muchos casos no se este hablando en concreto de medicamentos que necesiten para su aplicación de una receta veterinaria si que es fundamental consultar a uno de estos profesionales de la saludad animal para, en primer lugar, que sea quien vea al animal y diagnistique la enfermedad procediendo, posteriormente, a dar los consejos necesarios tanto en la aplicación de las dosis del producto como en la elección concreta del mismo dentro de las muchas variantes que, en la actualidad, ofrece el mercado ya sea en polvo, en granulado e incluso en comprimidos.
Uno de los aspectos más destacados de estos condroprotectores es que son completamente naturales, teniendo como objetivo su aplicación estimular al propio cuerpo a que genere aquellas sustancias que permiten paliar los síntomas de la artrosis. Generalmente, estos complementos alimenticios, están compuestos de glucosamina, ácido hialurónico y condrotina que son las materias primas básicas que sirven al organismo de nuestro can para producir el colágeno que permite la formación del tejido articular y de los cartílagos, a los que contribuyen de una forma evidente a hidratar y nutrir.
Precisamente, el hecho de que estemos hablando de un producto natural facilita, por un lado, que su tratamiento se pueda iniciar de una forma muy temprana, incluso hay veterinarios que consideran necesario que se inicie el mismo en plena fase de crecimiento, desde los tres meses de edad; y, por otro, que se pueda prolongar en el tiempo sin que el perro sufra ningún tipo de contraindicación, aunque, como ya hemos comentado anteriormente, siempre bajo la supervisión de un veterinario profesional que nos aconsejará las dosis, la duración del tratamiento o el producto que se adapta mejor a la constitución y a la enfermedad de nuestro perro.