
Tras pasar el invierno y unos meses en el que la nota dominante han sido las precipitaciones, parece que, poco a poco, el buen tiempo se va abriendo paso… y con él llega la oportunidad de salir al campo a disfrutar de la familia y los amigos con una sabrosa barbacoa, aquí te recomendamos un interesante sitio web sobre barbacoas, pero siempre tomando las máximas precauciones al objeto de evitar cualquier riesgo de que lo que se ha iniciado como una diversión pueda finalizar como el drama que supone, y no sólo para el medio ambiente, un incendio forestal.
En las siguientes líneas, más allá de la elecciones de la barbacoa que se elija para el desarrollo de esta actividad lúdica que presentan importantes diferentes tanto por los materiales de que están construidas (de hierro fundido, de obra, de piedra, prefrabricadas…) como del combustible que utilizan que puede pasar de la tradicional leña o carbón pero sin olvidarse de aquellas que emplean gas o electricidad, vamos a tratar de ofrecer una serie de recomendaciones y consejos, buena parte de ellos basados en la simple lógica, para evitar que podamos provocar, de forma accidental, un incendio forestal.
Lo primero, es tener en cuenta el clima que nos vamos a encontrar, en este sentido es desaconsejable desarrollar esta actividad en épocas que se consideran de alto peligro de incendios. Aquí las fechas, lógicamente, varían según los momentos y son las Administraciones Públicas las que las marcar en virtud de la climatología más allá de unos determinados periodos, por ejemplo, en muchos casos van entre el 1 de julio al 30 de septiembre, donde parece evidente que el riesgo es mayor.
A ese dato hay que sumar dos circunstancias que debemos tener en cuenta, como es evitar realizar la barbacoa en momento de fuerte viento así como en días en los que las temperaturas alcancen cifras altas, que por ejemplo, son muchos los espacios naturales que sitúan en los 30 grados centígrados.
Además, es bueno tomar una serie de medidas de precaución. La primera es situar nuestra barbacoa a una distancia mínima de tres metros de cualquier combustible que puede ser susceptible de propagar el fuero, estando siempre vigilantes del mismo apagándolo si las rachas de viento provocan situaciones que podamos considerar de riesgo.
Debemos tratar de evitar quemar papel, combustible fino u hojas cuyas pavesas puedan ser transportadas por la columna de humo, evitando, además, la acumulación de importantes cantidades de combustibles, siendo preferible ir añadiéndolo a la barbacoa poco a poco.
En caso de en encontrarnos en una zona de arbolado, debemos comprobar que la barbacoa se ubica a la distancia desde el mata chispas a la copa que sea, como mínimo, de cinco metros. Si comprobamos que esa distancia es inferior es aconsejable cambiar la ubicación de nuestra barbacoa
Es fundamental asegurarse de contar en las cercanías de la barbacoa de agua suficiente o cualquier otro producto para la extinción de un incipiente fuego.
Para finalizar es muy importante confirmar que, a la hora de marcharnos, el fuego utilizado y sus brasas se encuentran perfectamente apagadas