
En plena campaña de recolección de la chufa valenciana, LA UNIÓ Llauradora ha solicitado al Gobierno de España que negocie en Bruselas la creación de un código arancelario TARIC específico para la chufa. En la actualidad, este cultivo se encuentra clasificado dentro de una categoría genérica que agrupa diversas raíces y tubérculos, lo que impide conocer con exactitud el volumen importado desde terceros países.
La falta de datos concretos sobre las importaciones genera incertidumbre en el sector y dificulta la implementación de medidas para garantizar la viabilidad del cultivo en l’Horta Nord, una comarca donde la chufa constituye una parte esencial de la economía local. Además, la importación sin un control diferenciado representa un riesgo fitosanitario para los cultivos autóctonos, como han denunciado los agricultores en la presente campaña.
La amenaza de la chufa importada
Actualmente, la chufa importada procede mayoritariamente de países subsaharianos como Malí, Burkina Faso o Costa de Marfil. Sin embargo, al carecer de un código arancelario diferenciado, no existen cifras precisas sobre la cantidad que entra en España y su impacto en el mercado.
Desde LA UNIÓ advierten que, además de la competencia en precios, la falta de regulación en las importaciones también supone un riesgo sanitario. En la presente campaña, los agricultores han detectado la proliferación de una mala hierba similar a la juncia, que podría haber llegado a través de semillas de chufa importada.
«Este problema está generando importantes dificultades en el campo y podría comprometer futuras cosechas si no se adoptan medidas preventivas», explican desde LA UNIÓ.
El sindicato agrario insiste en que la chufa cultivada en l’Horta Nord cuenta con una calidad diferenciada respecto a la importada. La chufa valenciana se caracteriza por ser más pequeña y dulce, con unas propiedades organolépticas superiores, algo que es muy apreciado por los horchateros artesanos.
Sin embargo, algunos productores industriales que no están inscritos en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Chufa de Valencia optan por importar chufa africana debido a su menor coste y al mayor margen de beneficio que obtienen en la producción de horchata.
Ante esta situación, LA UNIÓ insiste en la necesidad de establecer un código TARIC específico, que permita conocer el volumen real de importaciones y aplicar un mayor control de calidad y seguridad del producto.
«La defensa de la chufa valenciana es clave para la sostenibilidad de un cultivo rentable y con una industria horchatera de gran tradición en la Comunidad Valenciana», recalcan desde LA UNIÓ.
La recolección de la chufa valenciana se encuentra actualmente en pleno desarrollo, con unas perspectivas que apuntan a una reducción de la cosecha debido a factores climatológicos. Sin embargo, la menor humedad ha favorecido una disminución del hongo de la mancha negra, lo que se traduce en una calidad excepcional del producto.
En términos de precios, se prevé que estos se mantengan estables, situándose en valores similares a los de la campaña anterior, entre 0,80 y 0,90 euros por kilogramo.
Según las estimaciones de LA UNIÓ, la cosecha de chufa de 2025 podría situarse en torno a los 6 millones de kilos de chufa tierna, que tras su paso por los secaderos se convertirán en 3 millones de kilos de chufa seca.
En esta campaña, la superficie cultivada e inscrita en la Denominación de Origen Chufa de Valencia asciende a unas 400 hectáreas, todas ellas ubicadas en la comarca de l’Horta Nord.
El cultivo de chufa en la Comunidad Valenciana atraviesa un momento clave, en el que factores como la importación sin control, la falta de transparencia en los datos y las dificultades climatológicas están afectando la estabilidad del sector.
Desde LA UNIÓ, se insta al Gobierno y a las instituciones europeas a tomar medidas urgentes para:
- Asignar un código TARIC específico para la chufa, con el objetivo de obtener datos precisos sobre las importaciones.
- Reforzar los controles fitosanitarios para evitar la introducción de plagas y malas hierbas que afecten a los cultivos autóctonos.
- Promover el consumo de chufa con Denominación de Origen, garantizando la viabilidad del sector y la calidad de los productos derivados.
- Apoyar a los agricultores locales con medidas que protejan la rentabilidad del cultivo frente a la competencia desleal.
El cultivo de la chufa valenciana es mucho más que una actividad agrícola: representa una tradición y una industria clave para la economía de l’Horta Nord. Sin embargo, la competencia de las importaciones sin control, junto con la falta de medidas regulatorias, pone en riesgo su futuro.
LA UNIÓ reclama una acción inmediata por parte del Gobierno y de la Unión Europea para evitar que la falta de regulación siga perjudicando a los agricultores valencianos. La creación de un código TARIC específico es solo el primer paso para garantizar la transparencia, la seguridad y la viabilidad de un sector esencial para la Comunidad Valenciana.