La patata fue la protagonista central del programa que Es Radio Castilla y León dedica cada miércoles a las 19:30 al campo. En este caso la periodista, Raquel Mateo entrevistaba al presidente de la Interprofesional del sector, Alberto Duque.
En este programa se ha hablado de la situación de la patata en más ocasiones. Por ejemplo, la última semana, de hecho, dimos un dato, y es que las importaciones de patata francesa han crecido bastante en España.
Han crecido bastante. ¿Por qué se produce esto? Y me gustaría saber si usted cree si es motivo de preocupación para el sector español. Vamos a ir por partes.
En primer lugar, históricamente España ha ido perdiendo capacidad de producción de patata, sobre todo desde la incorporación en la Unión Europea. Hemos ido perdiendo competitividad, no por la calidad ni porque no fuéramos capaces de producir, sino simplemente porque con esa entrada en la Unión Europea también entraron los grupos de las grandes corporaciones de la distribución y ellos tienen contratos preferentes con sus países de referencia. La mayoría de los grupos de distribución de este país está en manos de capital francés y ellos, de un momento determinado, dicen que es conveniente que se traiga patata de origen francés a sus elaboradoras.
Y esto ha ido motivando la pérdida de capacidad productiva de nuestro país. Hay que decir que España, junto con Francia, seríamos posiblemente los únicos países de la Unión Europea en estos momentos que podríamos tener patata fresca todo el año, porque nosotros ahora mismo en Castilla y León todavía quedan superficies de patata sin arrancar, pero es básicamente patata para industria. ¿Por qué? Porque la patata fresca la han copado la distribución francesa, que son los que se están llevando a 700.000 toneladas que nosotros compramos a Francia, a nivel global, en todo Estado.
¿Y el consumidor español puede hacer algo para identificar y tirar por el producto nacional?
Mira, pues es difícil. Primero, no tenemos a la gente concienciada, la gente normalmente busca precios. En estos momentos… está al mismo precio que hace prácticamente un mes, y en cambio nadie consume ya patatas españolas. La mayoría de la patata que se consume es francesa.
El etiquetado no favorece nada en absoluto en que el consumidor mire a ver su procedencia. Además, el etiquetado no refleja cuándo ha sido recolectada esa patata, que eso es muy importante, más que la procedencia es cuándo ha sido recolectada, es decir, la fecha de recolección. ¿Por qué? Pues porque eso garantiza la frescura del producto.
Con lo cual, si eso fuera obligatorio en el envasado, pues realmente la patata española tendría una preferencia a la hora de consumir el consumidor español, porque llegado a determinadas fechas, del mes de marzo a abril, pues consumirían patata española, que realmente se puede producir para esas fechas en cantidad suficiente, y no se consumirían francesas o de otros países que han sido producidas en el mes de octubre.
La clave es concienciar al consumidor de las bondades de la patata española
Sin dejar de lado a esos consumidores, yo le quería preguntar si usted cree que en los últimos años sus hábitos han cambiado y cada vez se tiende a consumir menos esa patata.
Sí, las estadísticas reflejan una bajada muy importante. Si hablamos con respecto a hace 40 años, por supuesto que es muy importante.
Y ahora lo que refleja la estadística ya no es tanto la bajada del volumen de consumo, estamos hablando de más de 20 kilos por habitante y año en nuestro país, sino lo que reflejan es el cambio de hábito en el sentido de comerla. Es decir, consumimos más patata congelada, se come mucha patata transformada, y en cambio no se consume patata fresca, o, por lo menos, ha bajado el consumo de patata fresca.
Entonces eso para nosotros es preocupante, porque nosotros queremos que como cultivadores, incluso como nos dicen los nutricionistas, la patata fresca es la mejor patata que se puede consumir en cualquier momento, y es la más adecuada para la alimentación, no la que ha sido transformada, procesada, y en la cual incluso se han hecho aditivos, o sabor a jamón, sabor a mil cosas, que en nada favorecen el consumo de la patata.
Precisamente el mezclarla con esos aditivos es lo que ha acrecentado esa mala fama de la patata, en el sentido de que es un alimento que engorda. La Patata comiéndola fresco, frita, o cocida, o simplemente hecha a puré es un producto que no engorda. Engorda lo que se le echa a la patata para consumirla, es decir, el aceite, o la mayonesa, o el ketchup, o las mil cosas que se añaden para que la patata esté más sabrosa.
Además es un alimento muy versátil que ofrece muchas posibilidades en nuestra cocina.
También usted ha dado ya algunas claves, pero bueno, me gustaría que nos lo desgranara un poco más, esas diferencias que existen entre el sector de la patata español y el francés, y un poco qué medidas cree usted que se deberían tomar para proteger más el producto nacional.
Vamos a ver, yo creo que una de las labores claves que tiene que llevar el sector en su conjunto y la Interprofesionales específicamente, es la promoción y la difusión de las ventajas nutricionales que tiene la patata.
Un tema que si que m gustaría destacar es la ausencia de la Distribución en la Interprofesional de la Patata, pues no lo ven conveniente. En Francia, en México, en Alemania… si que forman parte de unas entidades similares… así que no acabo de entender las razones para no participar en la de Castilla y León. Quizás, considera que le va mejor estando fuera que estando junto con los productores, porque se evitaría muchas veces que se le pusieran la «cara roja» en algún momento por su forma de actuar.
Y realmente yo creo que la clave del futuro de la patata está en la promoción y en la difusión, y eso tenemos que tener claro también los productores, que también tenemos que poner nuestro granito de arena para intentar contribuir en el sostenimiento de la interprofesional, para que a su vez hagamos labor de conciencia y la labor de mediación también, para intentar que no haya esos picos que normalmente hay con la patata y que también llevan al desánimo, e intentar controlar a medida lo posible esos costes de producción que son altísimos hoy en día para este cultivo.
Vamos a cambiar un poco de asunto, aunque bueno, seguimos un poco con las cifras, y es que parece que en los últimos años la extensión de cultivos de patata, ya no solo en España, sino en toda Europa, pues está yendo a menos. ¿Por qué cree que pasa esto?
Bueno, pues una de las razones fundamentales de por qué pasa eso, es porque la patata es un cultivo de alto riesgo. Una hectárea de patatas cuesta aproximadamente entre 10 y 12.000 euros sacarla adelante. Si tú te pegas un tortazo porque la semilla viene mal, o porque ha venido una climatología adversa, como está pasando últimamente, pues las pérdidas son muy grandes.
Entonces, esa es la razón fundamental. Si no, si fuera un gran negocio, realmente subiría la superficie, porque nadie le prohíbe que se siembren más patatas, ¿no? Lo que pasa es que hay que arriesgar mucho dinero, esa es la clave. Esa es la clave, y bueno, pues realmente no tiene ningún tipo de ayuda.
Competimos a precios internacionales, y aquí si hay patatas baratas en Egipto o en Israel, pues te traen patatas de Egipto e Israel y tú te comes las tuyas. O sea que vamos, podríamos decir que es un sector en el que cuesta un poco esa rentabilidad.
Y eso desanima mucho a la gente, prefiere tener, pues lo que sea, a lo mejor un tanto por ciento mayor de sus cultivos, en el que no haya que arriesgar tanto dinero, aunque se gane menos dinero en caso de ganar, claro.
Y de cara a la próxima PAC a esa política agraria común post-27, ¿usted qué pediría como presidente de la Interprofesional de la Patata aquí en Castilla y León?
Bueno, yo creo que la próxima PAC tiene que garantizar la soberanía alimentaria de Europa, eso es lo primero. Hoy en día a nosotros nos da la impresión de que cada vez más al agricultor es un enemigo a combatir por parte del resto de la sociedad.
La gente no se da cuenta de que no come ordenadores ni come tornillos, come carne, come patatas y come cereales. Y garantizar la soberanía alimentaria de Europa, yo creo que es una meta. Y no depender de países terceros, vista la situación de los que hay por ahí fuera, incluso al lado de nuestras fronteras, pues realmente es terrorífico lo que estamos viviendo últimamente. Y eso pues hace peligrar en gran medida también estas políticas agrarias.
Hay que centrarse más en producir calidad, en producir ordenadamente y poniendo en valor que los cultivos que hoy día tenemos en Europa son los cultivos y las producciones más sanas que existen en el mundo, puesto que tenemos la legislación más restrictiva existente a la hora de poder utilizar productos químicos para combatir las plagas que tenemos en nuestros campos. Y eso hay que ponerlo en valor y eso realmente también tiene un coste.
Si realmente Europa quisiera comer con alimentos ecológicos, posiblemente con toda seguridad no habría alimentos suficientes en toda Europa para comer todos los habitantes que estamos en Europa.
Y ya para finalizar, se está hablando un poco a nivel actualidad de la climatología, no estaría siendo muy favorable, sobre todo se habla de zonas como Galicia. ¿Cuál es la situación en Castilla y León?
Bueno, pues la verdad es que aquí el año ha sido complicado en verano. Últimamente tenemos unas olas de calor y ya no tanto ola, porque al final ya no es una ola, es un tsunami de temperaturas altas que no bajan en muchos días seguidos y eso pues incide en los cultivos.
Los cultivos están diseñados o generados por su naturaleza a vivir en un determinado clima con unas temperaturas máximas y mínimas. Y prueba de ello lo hemos visto este año que algunas variedades de patatas, por ejemplo, no han sabido adaptarse a esa climatología tan adversa de tanto calor y ha bajado tantísimo la producción.
Este año en Castilla y León y en España como consecuencia de las olas de calor que estamos sufriendo, que no sabemos si serán por cambio climático o por qué serán, pero lo cierto es que si te tocan unas olas de calor de estos años pues te «chafan» la producción.
Para colmo hemos sufrido fuertes lluvias en las zonas productoras de semillas de patata que están impidiendo recoger esas semillas de patata, que tenía que ser la base de los cultivos para el año que viene. Entonces, bueno, son problemas que se siguen añadiendo a la situación que tenemos.
