LA UNIÓ denuncia que el precio de la fruta se cuadruplica del campo al supermercado

Arranca la campaña de fruta de verano con calidad excelente, pero con mermas en zonas afectadas por el pedrisco

Agronews Castilla y León

2 de junio de 2025

fruta

La campaña de recolección de fruta de verano ha comenzado en la Comunitat Valenciana con buenas expectativas en cuanto a calidad, pero también con importantes preocupaciones entre los productores, que alertan de las consecuencias de las adversidades meteorológicas, la falta de mano de obra y la creciente diferencia de precios entre el campo y el consumidor final.

Según datos recabados por La Unió Llauradora, la organización agraria más representativa de la Comunitat, los precios que perciben los agricultores por sus productos apenas cubren los costes de producción, mientras que el precio que pagan los consumidores en los supermercados es hasta cuatro veces superior.

El año pasado, por ejemplo, el precio medio que cobraron los agricultores por frutas como el melocotón, la nectarina, la pavía, el paraguayo o el ciruelo fue de apenas 0,70 euros por kilo, mientras que en los lineales de la distribución estas frutas alcanzaron una media de 3,50 €/kg. En esta campaña, aunque se espera una ligera mejora en los precios de campo —con la nectarina rozando los 1 €/kg—, en las tiendas ya se comercializa a precios que alcanzan los 5,40 €/kg, lo que refleja un aumento en la brecha que separa a quienes producen del mercado final.campaña

Las zonas productoras de la Comunitat Valenciana, donde se cultivan unas 9.188 hectáreas de frutales, presentan en esta campaña una fruta de excelente calidad y buen calibre. En las parcelas que no han sido afectadas por fenómenos adversos, como el pedrisco, el nivel de destrío es mínimo, lo que ha generado un moderado optimismo entre los agricultores.

Sin embargo, en otras zonas, el granizo ha causado mermas considerables. Aunque inicialmente se esperaba una cosecha de más de 13.000 toneladas, ligeramente por debajo de la anterior, las estimaciones podrían revisarse a la baja conforme avance la campaña y se evalúe con mayor precisión el impacto de las tormentas. Este factor puede elevar los precios en origen, pero sin asegurar que esos incrementos repercutan positivamente en la rentabilidad del agricultor.

Producir cuesta mucho esfuerzo, pero el precio no compensa. Los consumidores pagan un precio excesivo por la fruta y nosotros apenas cubrimos los gastos”, denuncian desde el sector. “Nos damos por satisfechos si conseguimos vender a 1 euro el kilo, pero ver esa misma fruta a más de 5 euros en el supermercado es desalentador.”

Preocupación por el desplome del consumo de fruta

Uno de los aspectos que más inquieta a LA UNIÓ es la caída progresiva del consumo de fruta fresca entre los ciudadanos españoles. Según los últimos datos oficiales, cada persona consume actualmente 78,6 kilos de fruta al año, lo que representa una reducción del 24,8% en la última década (en 2013, se consumían 102,5 kg per cápita).

Los segmentos más afectados son los cítricos y las frutas de pepita, que han experimentado una caída superior al 33% desde 2008. Por el contrario, las frutas exóticas —como el mango, el aguacate o la papaya— son las únicas que muestran una tendencia creciente, probablemente impulsada por campañas promocionales y cambios en los hábitos alimenticios.

Ante esta situación, LA UNIÓ propone impulsar campañas de promoción del consumo de fruta local desde las administraciones estatales y autonómicas. El objetivo es destacar la alta calidad de la fruta valenciana, su proximidad, y los beneficios para la salud, el medio ambiente y el desarrollo rural, en contraste con las frutas importadas de países extracomunitarios.Foto 3 fruita estiu

Otro de los grandes problemas que enfrenta el sector es la dificultad para encontrar mano de obra especializada, tanto para las labores de aclarado como para la recolección. Esta escasez se suma a la competencia desleal que suponen las importaciones de fruta procedente de terceros países, que en muchos casos no cumplen los mismos estándares fitosanitarios, laborales y medioambientales que se exigen a los productores europeos.

“El incremento de importaciones de fruta de países donde los costes laborales son muy bajos y las exigencias fitosanitarias mínimas genera una situación insostenible para el productor valenciano, que debe hacer frente a normativas mucho más estrictas”, denuncian desde la organización agraria.

Ante los efectos del cambio climático, LA UNIÓ también pide más inversión en investigación y desarrollo de nuevas variedades que se adapten mejor a las nuevas condiciones climáticas. Esto no solo permitiría mantener la competitividad de las explotaciones, sino también responder a las exigencias del mercado en cuanto a sabor, resistencia y vida útil.

Asimismo, la organización reclama un impulso al seguro agrario, al considerar que es una herramienta clave para proteger a los agricultores frente a fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos. En los últimos años, los siniestros por causas meteorológicas han aumentado considerablemente, por lo que LA UNIÓ solicita que las administraciones eleven las subvenciones al seguro agrario hasta el 70%, el máximo permitido por la Unión Europea para agricultores profesionales.

Finalmente, los productores expresan su preocupación por las restricciones cada vez mayores impuestas por la normativa europea en el uso de productos fitosanitarios. La eliminación de materias activas, la reducción de dosis permitidas y la supresión de productos sin alternativas viables están dejando a las explotaciones “sin herramientas eficaces” para combatir plagas y enfermedades, lo que compromete la sanidad vegetal y la rentabilidad.

En este contexto, LA UNIÓ considera urgente que se tengan en cuenta las necesidades reales del campo a la hora de legislar, y reclama a las autoridades comunitarias una mayor flexibilidad, así como el desarrollo de alternativas viables que no supongan una carga adicional para el agricultor.Foto 4 fruita estiu

La campaña de fruta de verano en la Comunitat Valenciana arranca con una mezcla de optimismo y preocupación. Si bien la calidad de la fruta es alta y los precios en origen podrían mejorar, los agricultores siguen afrontando numerosos desafíos estructurales: bajos precios, escasez de mano de obra, competencia desleal, caída del consumo, presión normativa y cambio climático.

Desde LA UNIÓ, las propuestas están claras: más promoción, más investigación, mejor seguro agrario y condiciones de mercado más justas. Solo así, aseguran, será posible garantizar el futuro del campo valenciano y mantener un producto de proximidad que no solo es sinónimo de calidad, sino también de sostenibilidad y desarrollo rural.



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