La Unió Llauradora ha pronosticado una cosecha normal de arroz en la Comunitat Valenciana, con una producción estimada de 110 millones de kilos. Sin embargo, este logro se enfrenta a desafíos significativos que podrían afectar la competitividad de los arroceros valencianos en el mercado nacional e internacional. Las prohibiciones de fitosanitarios, tanto por parte del Ministerio de Agricultura como de la Comisión Europea, han complicado la lucha contra las plagas y las malas hierbas en las zonas productoras.
La falta de fitosanitarios: un problema crítico para los arroceros
Los agricultores valencianos se enfrentan a la falta de productos fitosanitarios eficaces para controlar las plagas y malas hierbas que afectan sus cultivos. Herbicidas y fungicidas, que solían ser herramientas esenciales, han sido retirados del mercado debido a restricciones impuestas por las autoridades europeas. Este vacío en la oferta de soluciones ha llevado a un incremento significativo en los costos de producción y en el número de horas de trabajo en el campo.
La falta de herbicidas eficaces ha derivado en que muchas parcelas, especialmente aquellas con variedades tradicionales de arroz, hayan sido abandonadas temporalmente. Se espera que el próximo año muchas de estas tierras se mantengan improductivas, ya que los agricultores no tienen medios para combatir las malas hierbas que proliferan en los campos.
Incremento de costos y mano de obra
El impacto de la falta de fitosanitarios se refleja en el aumento de los costos operativos para los productores. Ante la imposibilidad de utilizar herbicidas, la eliminación de malas hierbas ha tenido que realizarse manualmente, lo que ha incrementado en un 30% los gastos de los arroceros, sobre todo por la necesidad de contratar más mano de obra. Este esfuerzo adicional para mantener los campos en buen estado está asfixiando económicamente a muchos productores, que ya se enfrentan a márgenes de rentabilidad estrechos.
Proliferación de malas hierbas: una preocupación constante
La proliferación de malas hierbas se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para los agricultores valencianos. Sin herbicidas eficaces para hacerles frente, las parcelas están cada vez más infestadas, lo que afecta gravemente la productividad y la calidad del arroz. Actualmente, no existe ningún producto en el mercado capaz de combatir este problema de manera eficiente.
Este escenario ha llevado a los arroceros a buscar soluciones alternativas. En 2024, se ha plantado un 70% de arroz redondo de la variedad JSendra, mientras que el 25% corresponde a arroz largo, que se planta con la esperanza de que sea más resistente a las malas hierbas, aunque esta variedad suele ser menos rentable.
Evolución de las variedades de arroz: cambios forzados
A pesar de los esfuerzos, la crisis de fitosanitarios ha provocado un cambio en las variedades de arroz plantadas. La superficie dedicada a la variedad Bomba ha disminuido, mientras que la variedad Albufera ha incrementado su presencia. Este cambio no es voluntario, sino que responde a la necesidad de encontrar tipos de arroz que den menos complicaciones en términos de plagas y control de malas hierbas, aunque a costa de una menor rentabilidad para el productor.
España vs. Italia: Una lucha por la competitividad en el arroz europeo
LA UNIÓ Llauradora ha hecho un llamado al Gobierno de España para que siga el ejemplo de Italia, un país que ha sabido proteger a sus arroceros solicitando a la Unión Europea autorizaciones excepcionales para utilizar determinados productos fitosanitarios. Esta estrategia ha permitido que los productores italianos mantengan su competitividad en el mercado, logrando triplicar la superficie cultivada con respecto a la de España.
El desequilibrio en el uso de fitosanitarios no solo afecta a los arroceros valencianos, sino a toda la industria arrocera española. LA UNIÓ exige una legislación más equitativa en materia de fitosanitarios, tanto para productores europeos como para aquellos de países terceros. Actualmente, los arroceros europeos se ven obligados a competir con productos importados de países con normativas medioambientales y sociales mucho más laxas, lo que genera una situación de desventaja en el mercado.
Cláusula de salvaguardia y etiquetado de origen: Propuestas de protección al sector
Con la finalidad de proteger al sector arrocero europeo, LA UNIÓ apuesta por la implementación de una cláusula de salvaguardia automática dentro del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG). Este sistema está diseñado para proteger a los productores europeos frente a las importaciones masivas de terceros países que afectan gravemente la competitividad de la producción local.
Además, la organización ha subrayado la importancia de implantar el etiquetado obligatorio de origen en el arroz. Esto no solo fomentaría la transparencia y la información hacia el consumidor, sino que también impulsaría la Denominación de Origen Arròs de València, una garantía de calidad y procedencia para los consumidores.
El arroz como protector de ecosistemas: Un papel medioambiental clave
Más allá de los problemas económicos y logísticos, LA UNIÓ resalta el importante papel medioambiental del cultivo de arroz en la Comunitat Valenciana. Este cultivo es clave para la preservación de ecosistemas únicos, como el Parc Natural de l’Albufera y la Marjal Pego-Oliva, zonas que dependen del arroz para mantener sus características ecológicas.
Un futuro incierto para los arroceros valencianos
El futuro del arroz en la Comunitat Valenciana está lleno de incertidumbre. La falta de fitosanitarios eficaces, el aumento de costos de producción y las desigualdades regulatorias entre países europeos y terceros están llevando a muchos productores al límite. Sin embargo, LA UNIÓ sigue luchando por la supervivencia de este sector tan vital para la economía y el medioambiente valenciano.
Con una cosecha de 110 millones de kilos prevista para 2024, los agricultores valencianos esperan que las autoridades tomen medidas urgentes para paliar los efectos de las prohibiciones de fitosanitarios y proporcionar a los arroceros las herramientas necesarias para seguir compitiendo en el mercado global.