En un marco realmente incomparable como es el castillo de la localidad vallisoletana de Trigueros del Valle se han reunido, tras la convocatoria realizada desde la Denominación de Origen Cigales, representantes de los 12 consejos reguladores de vino que en la actualidad existente en Castilla y León, en un encuentro, que busca tener continuidad en el tiempo, y en el que se pretende sobre todo poner en común los trabajos, las iniciativas… de estas marcas de garantía.
[[{«fid»:»19045″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:2848,»width»:4272,»style»:»width: 380px; height: 253px; border-width: 6px; border-style: solid; margin: 6px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Pascual Herrera, presidente de la DO Cigales y uno de los principales impulsores de esta reunión, destacaba que «hacía más de 12 años que, formalmente, no nos reuníamos todos los Consejos y creo que es básico que seamos capaces de articular una labor en conjunto en temas en los que grandes y pequeños estamos completamente de acuerdo como es en la apuesta por la calidad, la necesidad de trabajar en recuperar el consumo responsable del vino, especialmente entre los jóvenes… es básico que, entre todos, seamos capaces de trabajar en común, organizar un plan de actuación coordinado en el que nos unos nos apoyemos en los otros y logremos vender nuestros vinos no sólo en el mercado más cercano sino también en el exterior, pues la exportación nos ofrece una grana oportunidad al conjunto de los vinos de Castilla y León»
En una línea muy similar se han expresado los representantes de dos de las Denominaciones de Origen más recientes como son las de Arribes del Duero y la DOP Sierra de Salamanca que consideran que «esta región tiene que seguir apostando por la tipificación y la calidad de sus caldos, aprovechar todo lo diferente que se puede ofrecer al consumidor, rentabilizando el tirón que tienen los vinos de Castilla y León como un producto puntero en el sector». Desde la Denominación de la Sierra de Salamanca se destacaba como, una DO pequeño que produce 200.000 botellas es capaz de «vender» ese vino diferente que da una variedad autóctona como la «rufete» o los viñedos en bancadas.
