
Las primeras previsiones lanzadas desde la AOD francesa auguran una reducción de la superficie de colza en la presente campaña del 8% que podría provocar, junto a una mala climatología, una caída de la producción de cerca del 15% hasta los 4 millones de toneladas en 2017, frente a los 4,6 millones de la 2016.
La ausencia de precipitaciones que «colocanse» a la tierra en las mejores condiciones ha impedido realizar una siembra en perfectas condiciones y que ha llevado a los agricultores a buscar otras alternativas, como por ejemplo los cereales, es una de las principales razones de esa reducción.
Además, un 2% de las siembras no se han realizado en las mejores condiciones y si se producen heladas pueden perderse, al frenar esa situación el desarrollo de la planta.