El director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Fernando Fernández, junto con el equipo del servicio de Sanidad y Bienestar Animal de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, se reunió, recientemente, con representantes del sector ganadero de las islas para actualizar la situación sobre el brote de lengua azul que afecta a las Baleares. El encuentro, que contó con la participación tanto presencial como telemática de diversas asociaciones agrarias, cooperativas y agrupaciones de defensa sanitaria ganadera (ADS), tuvo como objetivo informar sobre la propagación del serotipo 8 del virus y las medidas que se están tomando para contener la enfermedad en el archipiélago.
El impacto del brote: 13 focos confirmados en Baleares
Durante la reunión, se confirmó la existencia de 13 focos de lengua azul en Baleares, de los cuales 12 están ubicados en Mallorca y 1 en Menorca, todos en rebaños de ovino. Sin embargo, se espera la confirmación de más resultados de muestras recogidas en otras fincas, lo que podría agravar la situación. Ante este panorama, Fernández anunció que, aunque no se han detectado focos en Eivissa y Formentera, las medidas restrictivas también se extenderán preventivamente a estas islas para evitar una posible propagación del virus.
«Hemos decidido ampliar las medidas restrictivas a Eivissa y Formentera aunque no tengan focos detectados. Lo hacemos como medida de prevención», subrayó el director general, quien resaltó la importancia de actuar rápidamente para evitar un mayor impacto en el sector ganadero de Baleares.
Medidas preventivas para contener el brote
Entre las medidas preventivas que se están implementando, destaca la desinfectación y desinsectación de las fincas, los animales y los medios de transporte relacionados con el sector ganadero. «Es crucial evitar la propagación del virus en todo el archipiélago,» señaló Fernández. Estas acciones se alinean con las recomendaciones de la Unión Europea y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que establecen un protocolo riguroso para combatir la enfermedad.
Una de las dificultades principales es la falta de disponibilidad inmediata de vacunas contra el serotipo 8. Se estima que la campaña de vacunación no comenzará hasta finales de año debido al escaso stock de vacunas, lo que hace que la aplicación de otras medidas sea aún más relevante en estos momentos.
Lengua azul: una enfermedad que no afecta a la salud humana
Uno de los mensajes clave que se quiso transmitir durante el encuentro fue la seguridad de la población. Aunque la lengua azul es una enfermedad que afecta gravemente a los rumiantes, no tiene ninguna incidencia sobre la salud pública. Esta enfermedad es de origen vírico y se transmite mediante mosquitos del género Culicoides, lo que la convierte en una problemática estacional en determinadas áreas. El director general insistió en la importancia de comunicar a la sociedad que el brote no representa un riesgo para el consumo de productos de origen animal.
Restricciones en el movimiento de ganado y medidas sanitarias adicionales
Otra de las medidas más estrictas que se han impuesto es la restricción del movimiento de ganado en vida entre explotaciones, así como la prohibición de exportar animales hacia zonas libres de virus sin una prueba PCR negativa. Todos los focos confirmados deben registrarse en el Sistema de Alerta Sanitaria Veterinaria (RASVE), según los protocolos establecidos por la Unión Europea y las autoridades españolas.
El próximo 24 de septiembre está prevista una reunión clave entre los jefes de servicio de Sanidad Animal de todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Agricultura para establecer un protocolo de movimiento de animales entre zonas afectadas y libres de la lengua azul. Esta reunión será crucial para coordinar las acciones a nivel nacional y garantizar que se implementen las mejores prácticas para contener la propagación del virus.
Consecuencias a largo plazo para el sector ganadero
El impacto del brote de lengua azul no solo se limitará a las restricciones inmediatas en el movimiento de ganado, sino que también tendrá consecuencias a largo plazo para el sector ganadero de las Baleares. Las medidas sanitarias se mantendrán durante un mínimo de un año, lo que implica que no se permitirán ferias ni concursos que incluyan la presencia de rumiantes, los principales afectados por el virus. Esto supondrá un duro golpe para muchos ganaderos, especialmente aquellos que dependen de estos eventos para vender o promocionar sus productos.
Según Fernández, «estas restricciones serán necesarias para garantizar la seguridad del rebaño a largo plazo y evitar que el brote se expanda aún más». Sin embargo, también reconoció que estas medidas podrían generar pérdidas económicas significativas para los ganaderos, especialmente aquellos que dependen de la exportación de animales.
Acciones para evitar futuras propagaciones
Para minimizar el impacto futuro del brote, desde el Govern balear se están tomando varias medidas preventivas, entre ellas, la mejora de la vigilancia epidemiológica y el monitoreo continuo de las explotaciones. Además, se están distribuyendo documentos técnicos y guías prácticas entre los ganaderos para que puedan implementar estrategias efectivas de desinfectación y control del mosquito transmisor. La colaboración entre el sector público y privado será clave para superar esta crisis sanitaria.
En este contexto, la colaboración entre las asociaciones agrarias, las cooperativas y los veterinarios juega un papel esencial. La coordinación entre los diferentes actores del sector es fundamental para garantizar que las medidas se implementen correctamente y que los ganaderos reciban el apoyo necesario para hacer frente a esta difícil situación.
El brote de lengua azul en Baleares ha encendido las alarmas en el sector ganadero de las islas. Con 13 focos confirmados y la posibilidad de que se detecten más casos, las autoridades han decidido ampliar las medidas restrictivas a Eivissa y Formentera, aunque estas islas no hayan sido afectadas directamente hasta el momento. A pesar de la preocupación en el sector, se ha hecho hincapié en que la enfermedad no representa un riesgo para la salud humana.
Las restricciones en el movimiento de ganado, la prohibición de eventos ganaderos y la imposibilidad de comenzar la campaña de vacunación hasta finales de año suponen un reto importante para los ganaderos de Baleares, quienes deberán adaptarse a esta nueva realidad mientras se trabaja en la contención del virus y la prevención de futuros brotes.