
La reciente llegada de la borrasca Berenice ha traído consigo un alivio significativo para la cuenca del Guadalquivir , una región que ha estado lidiando con un déficit hídrico persistente. Durante el fin de semana, esta borrasca dejó una precipitación media de 36 litros por metro cuadrado (l/m²) , lo que se traduce en un incremento de 37 hectómetros cúbicos (hm³) en los embalses de la zona. A pesar de este aumento, las reservas hídricas aún se encuentran en un 30,3% de su capacidad total, lo que plantea desafíos para el futuro inmediato.
Distribución Irregular de las Precipitaciones
Datos Generales de la Precipitación
Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) , las lluvias no se distribuyeron de manera uniforme en la región. Las provincias más occidentales, como Sevilla y Huelva , experimentaron una pluviometría promedio de aproximadamente 60 l/m² , mientras que en Córdoba , el promedio fue de 50 l/m² .
Zonas de Precipitación Más Intensa
Las zonas septentrionales de Sevilla y Córdoba fueron las más beneficiadas, con algunos puntos en la cuenca del Bembézar superando los 200 l/m² . Sin embargo, en otras zonas, como Jaén y Ciudad Real , apenas alcanzaron los 11 l/m² , y en la provincia de Granada , la precipitación fue de solo 6 l/m² . Este contraste pone de aliviar la irregularidad en la distribución de las lluvias, que ha caracterizado este episodio meteorológico.
Impacto en los Volúmenes Embalsados
A pesar de las lluvias abundantes en algunas regiones, el efecto en los volúmenes embalsados ha sido limitado. El déficit de humedad en el suelo antes de la borrasca permitió una absorción rápida de las primeras lluvias, lo que resultó en coeficientes de escorrentía bajos . Esto significa que, aunque las precipitaciones fueron significativas, la capacidad del terreno para retener el agua fue más limitada de lo esperado.
Estado actual de los embalses
Incremento del Volumen Embalsado
Entre el pasado viernes y este lunes, el volumen embalsado en la cuenca ha crecido en 37 hm³ , concentrándose principalmente en los embalses del norte de Córdoba, incluyendo los embalses de Guadalmellato , Bembézar y Puente Nuevo , así como en los de Sevilla como El Pintado , José Torán y Huesna .
Capacidad de los Embalses
En la actualidad, el volumen embalsado en la cuenca asciende a 2.432 hm³ , lo que representa el 30,3% de la capacidad total de los embalses. Si bien esto supone un aumento de 12 puntos porcentuales respecto al año anterior en esta misma fecha, es importante señalar que sigue siendo casi 18 puntos porcentuales inferior a la media de los últimos 25 años . Este dato resalta la fragilidad de la situación hídrica actual.
Perspectivas futuras
Pronósticos meteorológicos
Las previsiones meteorológicas para los próximos días son alentadoras, ya que se espera una probabilidad significativa de más lluvias en la cuenca, especialmente en su mitad occidental. Si se materializan estas expectativas, se podría continuar aumentando las reservas hídricas, lo que es vital para el bienestar agrícola y el suministro de agua en la región.
Necesidades de Riego y Agricultura
El fin de las necesidades de riego en la mayor parte de la cuenca es un alivio temporal, pero la comunidad agrícola se mantiene en alerta ante la posibilidad de que futuras sequías puedan volver a afectar los cultivos. La gestión eficiente del agua es, por tanto, crucial para asegurar la sostenibilidad de las actividades agrícolas en esta región.
La borrasca Berenice ha traído consigo un respiro hídrico para la cuenca del Guadalquivir, pero los datos reflejantes que aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar niveles saludables de reservas hídricas. La irregularidad en las precipitaciones y el impacto limitado en los volúmenes embalsados resaltan la necesidad de una gestión proactiva del agua y de medidas de adaptación ante los efectos del cambio climático.
Con el horizonte de más lluvias en el futuro cercano, la esperanza es que la cuenca pueda recuperarse lo suficiente para garantizar no solo la provisión de agua para las actividades agrícolas, sino también la sostenibilidad del ecosistema en general.