Como bien sabemos la cata de un vino es uno de los pasos fundamentales, sino el más importante, para determinar la calidad de un vino; ya que los resultados analíticos nos sirven para conocer sus características químicas pero no basta para determinar su calidad. Con lo cual la función del catador es imprescindible.
¿Y cuales son las mejores condiciones del catador? Pues el sexo influye, son mejor las mujeres que los hombres porque son más sensibles a la apreciación de los matices; la edad, cuanto mayor es una persona las papilas estarán más desgastadas; también es mejor realizar la cata en estado de hambre que tendremos los sentidos más receptivos y no realizarla después de haber fumado.
Otros factores a tener en cuenta para realizar una cata son las condiciones de la sala y la presentación de los vinos. La sala tiene que tener unas buenas condiciones de aireación para que no haya presencia de otros olores; y tiene que estar bien iluminada, preferiblemente con la luz del día. La presentación de los vinos también es importante, tanto la temperatura del vino como el orden de presentación; los vinos blancos y rosados tienen que presentarse fríos (los blancos de 10-12ºC y los rosados de 12-16ºC) y los tintos dependiendo de su edad entre 14-18ºC. Respecto al orden de presentación siempre se pasa de los vinos más débiles a los más alcohólicos, de los más jóvenes a los más viejos, y de los más frescos a los más licorosos para así evitar alteraciones en los sentidos.
Los sentidos que se aplican en el conocimiento de un vino son la vista, el olfato y el gusto. Para resumir un poco lo que se aprecia con cada uno de ellos podemos decir que con la vista apreciamos el color (su intensidad, su brillantez,…), la limpidez, la fluidez haciendo hincapié en la lágrima que determina la presencia de alcohol, y si presenta desprendimiento de carbónico. Con el olfato apreciamos los aromas (tanto los correspondientes a la fruta, como a los que provienen de la fermentación y el Bouquet que son los aromas correspondientes a la crianza) y por supuestos también con el olfato se detectan los defectos (olor a corcho, picado, enmohecido,….). Y por ultimo con el gusto apreciamos la acidez, el alcohol, la suavidad, la dulzura, el tiempo que perdurá el sabor en la boca…
En fin los sentidos son el instrumento fundamental del catador para determinar la calidad de un vino, y para que se determine que un vino es bueno tiene que existir un equilibrio entre estos.
Yolanda Hernando