
La verdad es que es una de las frases que más se repiten cuando cualquiera se pone a hablar del sector agrario, de su futuro, de la importancia de la PAC, de si se depende en exceso de las ayudas… tarde o temprano, generalmente pronto, aparece la expresión de “lo que necesitamos son precios justos”… que algunos adornan con “lo de precios dignos” y otros, estrujando el lenguaje hasta donde se puede, habla de “precios remunerativos”…
Más allá de lo que cada agricultor o ganadero entiende por ese concepto, lo cierto es que son ya tanto años escuchándolo que ya uno no se acuerda de las veces que lo ha oído, este verano ha sido con intensidad ante la situación vivida por el sector lácteo, el cunícola o el viñedo…, pero sobre todo uno se sorprende de ver como, al menos aparentemente, poco se ha avanzado en los últimos 30 años en la consecución de ese “Santo Grial de la Agricultura y la Ganadería” que suponen esos precios justos.
Basta con mirar la octavilla que se adjunta a estas líneas de una protesta agraria en Valladolid en 1980 para comprobar como las reivindicaciones… casi son aplicables al actual 2015…no me lo negaran ustedes… entonces ¿Qué han hecho mal las administraciones? ¿los agricultores y los ganaderos?…¿Tan poco se ha evolucionado en estos 30 años?…
Avanzar se ha avanzado eso es evidente, las producciones no tienen color, la calidad del producto que se ofrece a los consumidores tampoco… pero siguen fallando las relaciones entre los agricultores y los ganaderos con los compradores de sus productos, a pesar de los esfuerzos realizados, el contrato sigue sin ser esa herramienta básica para la actividad del sector agrario que ofrezca seguridad a todos los firmantes, salvo en determinadas ramas de actividad como es, por ejemplo, la remolacha o determinados productos hortícolas en los que existe esa tradición de suscribir ese tipo de acuerdos… pues en otros si, se firman pero ¿se cumplen por unos y otros?…
La relación del sector primario con la industria agroalimentaria es como la de esos “amores” que saben que se necesitan uno a otro pero… que discuten a la menor oportunidad y rompen relaciones. Y es precisamente en eso en lo que es básico trabajar, siendo fundamental el desarrollo y plasmación en el día a día de la Ley de la Cadena Alimentaria, en mi humilde opinión la Ley más importante para el futuro del sector agrario, a la que queda mucho recorrido por delante y en la que la Agencia de Información y Control Alimentaria que tan bien, al menos hasta la fecha, dirige y representa José Miguel Herrero va a jugar un papel fundamental con el rigor que ofrezca en sus gestiones… y, porque no decirlo, en las sanciones y multan que imponga a los infractores… que las habrá.
Precisamente no quiero cerrar esta pequeña reflexión sin exponer la preocupación que los últimos movimientos en dos importantes industria agroalimentarias instaladas en la región producen a quién escribe estas líneas. Hablar de EREs hasta de 100 personas, suspensiones de pagos, adeudos a agricultores y proveedores… no son buenas noticias para un sector como el agroindustrial de Castilla y León que es básico para la recuperación económica de esta región y el futuro de los agricultores y ganaderos que les venden sus productos.